Damasco / Siria denunció hoy a Naciones Unidas el ataque con un misil cargado de material químico, lanzado por bandas armadas en la localidad Khan al-Asal, en la norteña provincia de Alepo, y que mató a por lo menos 26 personas.
En cartas idénticas al Consejo de Seguridad y al Secretario General de la ONU, Damasco calificó la acción ocurrida en la mañana del martes de grave escalada de los crímenes de los grupos terroristas que operan en el país, lo cual provocó además heridas a unos 110 ciudadanos, entre civiles y militares.
Recuerda la Cancillería que en misiva del 8 de noviembre de 2012 a las mismas instancias, manifestó su seria preocupación por la disposición de algunos Estados a suministrar armas químicas a los extremistas que aquí operan, para después esgrimir que era el Gobierno el que las utilizaba contra civiles.
En ese momento, advertimos sobre la peligrosidad de que tal armamento prohibido por las leyes internacionales cayera en manos del denominado Frente al-Nusra y otros grupos afiliados a la red Al-Qaeda, destacó la comunicación.
Agregó que tal peligro se acrecentó luego que entidades irregulares ocuparan una fábrica al este de la ciudad de Alepo, donde se producía cloro tóxico, así como informes de prensa revelaran amenazas de Al-Qaeda para usar armas químicas contra civiles, fabricadas en un laboratorio cerca de la urbe turca de Gaziantep, añadió.
Incluso, en las redes sociales se divulgó un video en el cual se explica cómo los irregulares fabrican los gases tóxicos a partir de sustancias obtenidas por la red terrorista de una empresa en Turquía, los cuales experimentó en seres vivos, resaltó el Ministerio de Relacionees Exteriores y Emigrantes.
Aseguró que el atroz crimen responde a la inacción de la comunidad internacional y su desinterés en exigir cuentas a quienes apoyan a los grupos terroristas, a lo cual se suma promesas de gobiernos europeos y árabes para armar a la llamada insurgencia.
Damasco reiteró su compromiso de abstenerse a utilizar tales armas en caso de contar con ellas, y a seguir cumpliendo su obligación constitucional de enfrentar a los mercenarios, a fin de preservar la seguridad del pueblo sirio.
La Cancillería exigió a la comunidad internacional mostrar una postura seria y firme para impedir a los armados continuar con tales actos de terrorismo, para lo cual resulta urgente detener el apoyo financiero, militar, logístico, político y mediático que les conceden gobiernos como el de Turquía y de países occidentales, concluyeron las cartas.