Panorama Alternativo


Como parte de las actividades de “socorro” en Haití, los militares de EE.UU. “comparten” imágenes de uno de sus aviones espía, el RQ-4 Global Hawk.


La imagen, tomada por un Global Hawk, muestra los daños a la Catedral Nacional de Puerto Príncipe. Según el Comando Sur de EE.UU., la idea es compartir las imágenes para que las organizaciones no gubernamentales (ONG) y grupos de socorro “puedan obtener un mejor panorama de la situación sobre el terreno”.

El coronel Bradley Butz, vicecomandante de la Brigada de la Fuerza Aérea 480a de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento Wing dijo que el Global Hawk fue originalmente pensado para volar sobre Afganistán, pero fue reprogramado hacia Haití, donde pasó 14 horas en vuelo el primer día y 16 horas el segundo, tomando cientos de imágenes


En relación a los aviones U- 2 que se enviarán a Haití: «Mi expectativa es tener que desplegarlos pronto», dijo el coronel Bradley Butz, en la base aérea de Langley, Virginia.


El U-2 contiene múltiples y únicos equipos de imágenes espectrales (las siete bandas Syers 2) que el Global Hawk y Predator no poseen.


«Uno de los aspectos ideales de la Global Hawk para este fin es su elevada altitud, podemos permanecer en vuelo 27 a 28 horas», dijo Mark Lozier, oficial de operaciones en le 12° Escuadrón de Reconocimiento.


Cuando le preguntaron a Butz cómo su gente se enfrenta a la carga añadida de analizar las imágenes de Haití, mientras que están alimentando imágenes a las tropas en Afganistán e Irak, admitió que «es muy difícil. Tenemos que mantener nuestros aviadores enfocados en Afganistán e Irak «, admitió.

 

Todo esto pone de relieve una paradoja inmensa de la terrible destrucción que causó el terremoto en Haití, a saber: que el país más pobre del Hemisferio Occidental está recibiendo la tecnología más sofisticada y cara del mundo en un momento de necesidad extrema.


El Global Hawk y el avión de alto vuelo de reconocimiento UAV, cuestan aproximadamente 135 millones dólares cada uno.