Raro, que siendo tu el motivo principal de esa convocatoria, tu voz algunas veces recia, otras suave, la cantarina, la del chiste oportuno, la del arte de persuadir o disuadir, compañera de tu risa, no se oyó. Ésta ausencia desgarró corazones venezolanos.
Pero esa rotura sirvió, no para mostrar tristeza, sino para mostrar los ojos y rostros alegres de los infantes, los ojos llenos de esperanza de los jóvenes y los ojos llenos de satisfacción de los mayores.
¿Qué paso Hugo? Pero Hugo, no respondas, esos corazones se volvieron a cerrar pero contigo adentro. Están convertidos en millones de Chávez, ellos de ahora en adelante serán tu voz, seguirán tu ejemplo, esparcirán el amor que fue tu ideal y defenderán tu patria.
¡Hasta la victoria siempre Comandante!
Noel Martello
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