Todos los miembros de la CBG, con la más sublime lealtad al Presidente, y como cristianos practicantes que somos como nos enseñó Camilo Torres Restrepo, nos comprometemos aun más con la lucha día tras día siguiendo el ejemplo del Comandante Chávez: amor y entrega a su Pueblo, sacrificio por la Revolución, honestidad y trabajo, humildad y voluntad para construir el socialismo como modelo de salvación para la humanidad.
Estamos comprometidos todos a continuar su obra, seguir sus enseñanzas, defender en cualquier terreno lo que ha construido desde la Rebelión del 4 de Febrero hasta nuestros días. Con el sacrificio del 4 de Febrero y la entrega por la construcción de la Revolución, entendimos el camino del Che: Chávez ha sido el primero en los sacrificios y el último en los privilegios, el primero en dar el ejemplo.
Con el Comandante, al igual que con el Che y Fidel, comprendimos que la liberación de los pueblos pasa por la unidad de todas las fuerzas revolucionarias: pueblo, clase obrera, deportistas, cultores, intelectuales, estudiantes, amas de casa, mujeres, todos. En la actual circunstancia Chávez simboliza la máxima bolivariana que nos ha acompañado en la historia republicana: somos los pueblos de las dificultades, mujeres y hombres de las dificultades. Por lo tanto se nos exige ser más humanos, desprendidos, altruistas y entregados. Recordemos el pasaje del Libertador Simón Bolívar, tiritando de fiebre en Patilvica, Perú, durante la Campaña del Sur; sin provisiones ni tropas su edecán le pregunta desesperado: “Libertador y ahora qué hacemos”.
¡Triunfar!, respondió Bolívar al levantarse de su infernal padecimiento. Tanto Bolívar como Chávez son los hombres de las dificultades. Seamos nosotros como ellos y defendamos nuestra Revolución, seamos nosotros como ellos y continuemos el legado del Comandante con entusiasmo.
Recordemos el hermoso pasaje escrito por Julius Fucik en su obra póstuma Reportaje al pie del patíbulo: “He vivido por la alegría. Por la alegría he ido al combate y por la alegría muero. Que la tristeza no sea nunca unida a mi nombre». Más adelante nos dice Fucik con premonición: “el fiel resiste, el traidor traiciona, el burgués desespera, el héroe pelea… Y si alguien trató de navegar entre dos aguas, ha sido advertido más rápido que un bailarín que, con el platillo en la mano y la pluma amarilla en el sombrero, apareciese durante una ceremonia fúnebre”.
Seamos alegres y amorosos como el Che y Chávez y jamás seremos vencidos. ¡Tras las huellas de Bolívar y el Che!