Tejido de Comunicación – ACIN
Hemos visto a los campesinos plantarse en las carreteras del país, dispuestos a enfrentar cualquier condición del clima, a dejar sus parcelas, a aguantar hambre, pero siempre con la claridad de exigir unas condiciones dignas para el trabajo que tanto ha engrandecido al país desde hace más 80 años. Los hemos visto exponiendo claramente sus exigencias en 5 puntos que demuestran que la crisis no es sólo en el sector cafetero sino en todo el agro y pone en evidencia que el modelo económico y sus políticas son la principal causa de esta crisis generalizada en el país. Los hemos visto respaldados por más gente que se une cada vez más al paro.
Se movilizan junto con ellos los cacaoteros. En los días siguientes se han seguido uniendo más campesinos en otros departamentos. Ya en el 4 día de paro, en el Cauca hay 4 puntos de bloqueo. Se sumaron los camioneros y el movimiento indígena. También en las ciudades y pueblos, fuera de las vías, se manifiesta el apoyo al paro, con iniciativas de respaldo a la gente que resiste en los puntos de bloqueo mediante la recolección de alimentos y artículos de aseo.
No es sólo solidaridad sino conciencia lo que ha despertado el paro cafetero en todo el país. “Esta explosiva y potente movilización tiene las características de la insurrección de los Comuneros y artesanos del Socorro en 1789; se parece a las recientes manifestaciones de los indígenas en el Cauca que dieron pie al desalojo de los militares en Toribio; a la prolongada y heroica resistencia campesina revolucionaria, que desde 1964 lidera, con las armas en la mano, las Farc/EP, contra la dominación feudal e imperial.” Dice Horacio Duque. Pero ante la inconformidad creciente y generalizada, el gobierno sigue fingiendo que no pasa nada y que el paro no tiene sentido y, como eco a su posición, los medios comerciales mantienen el foco de la opinión pública el retiro del papa.
El gobierno no sólo ha desatendido los reclamos de los campesinos cafeteros sino que además arremete contra ellos, los acribilla. Frente a una movilización pacífica, masiva, apoyada por diferentes sectores y totalmente coherente en sus postulados, se ha visto una respuesta del gobierno totalmente salvaje. El ESMAD ha atacado brutalmente a los manifestantes, en Garzón Huila dejó un muerto y decenas de heridos. En los días siguientes continúan los mutilados y heridos en los diferentes lugares de bloqueo del país. Como si fuera poco, han invadido sus campamentos, quemado sus víveres, carpas, ollas y se han comido sus reservas. Es totalmente grotesco y miserable el proceder del ESMAD y parece que a muchos se les olvida que actúan en nombre del gobierno.
El noticiero RCN, en su emisión de mediodía del viernes, emite una noticia en la sección internacional sobre el abuso de autoridad de la policía en áfrica, que golpeó y arrastró una persona hasta causarle la muerte. La noticia es presentada de manera aislada como algo nunca antes visto, como si en este país esto no sucediera, como si aquí no existiera el ESMAD. El ESMAD creado en el 1999 en Colombia, es un ente de ‘control’ que ya existía en otros países para reprimir el derecho a la protesta. Como Perú, Argentina, Chile, entre otros en los que al igual que en Colombia predomina un modelo económico extractivista que se impone en las políticas gubernamentales.
La última noticia es que en los puntos de bloqueo del paro cafetero en el Cauca aumentó considerablemente el pie de fuerza del ESMAD. Pero esto no amedrenta a los manifestantes y en cambio siguen llegando más y más personas a sumarse. Además la conciencia se ha despertado en otros sectores. Vimos en Bogotá y en otras capitales del país la marcha contra el sistema de salud.Funcionarios de la salud, médicos, enfermeros, estudiantes y pacientes se movilizaron contra este sistema que no promueve la salud sino que mata.
Un sistema tan lesivo que va desde la atención deshumanizada en las oficinas de las EPS, las demoras en la atención, el tiempo insuficiente de diagnóstico al paciente, la negación de los servicios incluidos en el POS. La negación de tratamientos posibles y necesarios por lo que los pacientes se ven obligados a cubrir con sus propios medios los tratamientos que deberían haber recibido por parte de las EPS. Médicos obligados a no recetar los medicamentos que deben sino los que les permite. Pacientes con enfermedades que se agravaron porque no los quisieron atender a tiempo, que se mueren en la fila sacando una cita, que los mató la enfermedad porque los tratamientos necesarios no se los cubría el POS.
Los pacientes no tienen por qué seguir mendigando sus derechos, los médicos y funcionarios de la salud no tienen por qué seguir superponiendo las reglas del negocio de las EPS sobre su criterio médico y ético. La gente salió a denunciar los abusos a sus derechos fundamentales por parte de un sistema que secuestró la salud y la convirtió en un negocio.
Igualmente los campesinos de Cajamarca no bajan la guardia frente a los ataques de la minera Anglo Gold Ashanti con los que pretender desprestigiar su lucha legítima por sacar la minería de su territorio. El gobierno aprueba abiertamente la entrada de una empresa minera con pésima reputación en todo el mundo por violaciones a los derechos humanos, que ahora se atreve a perseguir y a señalar como guerrilleros a unos campesinos que protegen a la mayor despensa agrícola del país.
Hoy, 2 de marzo de 2013, el presidente de la república y el presidente de la federación nacional de cafeteros anunciaron a través de los medios oficiales el fin del paro tras llegar a unos supuestos acuerdos que definirían el aumento de los subsidios, de $60.000 a $115.000. Esto es sin duda una estrategia más para tratar de manipular a los caficultores y de confundir a la opinión pública ya que el alza del subsidio por sí sola beneficiaría sólo a los bodegueros, sobre todo es una medida insuficiente ante la magnitud del problema. Los caficultores ya han dejado muy claro que la única condición de acuerdo es acoger los 5 puntos por ellos planteados. 1. Precio remunerativo del café; 2. No a la minería en zona cafetera; 3. Control de precios de fertilizantes y abonos; 4. Soluciones de deuda y embargos en los bancos; y 5. No a la importación de café.
Además, poco después de estas declaraciones del gobierno, los líderes del paro desmintieron esas afirmaciones argumentando que en esa reunión no estaban sus verdaderos representantes y ratificaron que el paro continúa hasta que se firmen los acuerdos de la mesa de concertación.
Todas estas movilizaciones no son producto de la coincidencia, mucho menos podemos verlas aisladas. Todos y todas nos identificamos y nos vemos representados en estos sectores que ahora se movilizan por diversas causas con el mismo origen: La apertura al libre mercado, los TLC, a los que tanto nos opusimos y sin embargo aprobaron. Un modelo económico que en la riqueza natural y en la diversidad cultural no ve un pueblo soberano sino recursos y obreros de último nivel para las empresas extranjeras. Un modelo que en los últimos 10 años de gobiernos se ha vuelto más agresivo, dedicado a fortalecer el aparato militar, dejando de lado el agro y en cambio entregándolo a empresas extractivas como corresponde a la política de las locomotoras de Santos. El paro no es sólo cafetero, es de todo el agro y cuestiona el proyecto político de Santos de someter a la economía minera a un país con vocación agrícola.
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