TeleSUR

Cerca de mil haitianos se sumieron en la desesperación este sábado y saquearon algunos productos de establecimientos comerciales en Puerto Príncipe, ante la lentitud con que han llegado las ayudas internacionales, lo que generó enfrentamientos y violencia entre la población.

Portando piedras, cuchillos, picahielos y martillos, los pobladores lucharon por obtener ropas, bolsos, juguetes y cualquier tipo de mercancías que encontraban a su paso en viviendas y locales comerciales destrozados por el sismo del pasado martes.

Los productos alimenticios son la prioridad para los haitianos que hurgan desesperadamente entre los cadáveres en busca de provisiones para sí mismos y sus familias, sin embargo, algunas personas han llegado a llevarse electrodomésticos de las tiendas que quedaron destruidas como ventiladores o equipos de sonido.

Un fotógrafo de un medio de comunicación internacional declaró que se vive «una anarquía, caos total, la policía ha desaparecido», y agregó que se agreden entre ellos con golpes y lanzándose piedras.

Durante los primeros días del terremoto de magnitud 7,3 que sacudió a la isla caribeña, se generaron algunos saqueos esporádicos, pero este sábado, los robos y la violencia se extendieron en la capital ante la impotencia de las autoridades policiales.

«Roban cualquier cosa. Sirva o no. Es una locura. Nuestra orden es sólo alejarlos. No podemos dispararles. Nuestro trabajo no sirve de nada pero no estamos protegidos y tenemos miedo», afirma Louis Jean Eficien, oficial de la policía, mientras confiscaba un extintor de fuego a un grupo de personas.

«Somos los primeros en aventurarnos en esta zona. La situación por aquí es muy conflictiva, por eso trajimos nuestros propios efectivos de seguridad», asegura un responsable de los servicios de rescate de Costa Rica.


El propietario de un almacén de cosméticos aseguró haber perdido el 70 por ciento de su negocio. «Me han robado todo y el comercio está destruido», mientras intentaba rescatar los restos de mercancía en un camión.

Este sábado unos 10 helicópteros estadounidenses lanzaron botellas de agua y raciones militares de comida en espacios abiertos de la capital antillana, donde muchas personas luchaban por hacerse con la mayor cantidad posible.

Un soldado a bordo de uno de los helicópteros que sobrevolaron unos segundos sobre el Estadio Delmas de la capital haitiana, lanzó un puñado de cajas pequeñas, cada una conteniendo una docena de raciones de alimentos, que cayeron en el techo de un edificio en parte en ruinas donde las personas se abalanzaron hacia las cajas, en un tumulto indescriptible.

El almacén más importante del Programa Mundial de Alimentos (PMA), también fue saqueado en Puerto Príncipe, según destacó la representante de ese organismo, Emilia Casella.

«En una situación de emergencia y tan desesperada como ésta, los saqueos no resultan inusuales», explicó.

Casella agregó que el sismo perjudicó de tal manera las estructuras de algunos comercios, que facilitó a una desesperada población a que se apropiara de ciertos alimentos.

La vocera del PMA aseguró que parte de los productos saqueados son inútiles en esta situación en vista de que requieren ser cocinados y no hay ni agua ni cocinas para hacerlo.

«Lo que se necesita en estas circunstancias -agregó- son raciones listas para comer y galletas de alto contenido proteínico».

Sostuvo que desde este viernes iniciaron la distribución de alimentos con la colaboración de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), entre 4 mil sobrevivientes que quedaron sin hogar.

La funcionaria precisó que el plan del organismo que representa es repartir 14 millones de raciones humanitarias todos los días durante un mes a un total de dos millones de haitianos.

Hizo un llamado a que se donen alimentos que puedan abastecer al órgano internacional de las existencias necesarias para llevar a cabo la misión humanitaria.

La portavoz de la Oficina de Ayuda Humanitaria, Elizabeth Byrs, indicó que se requieren aún «equipos médicos ligeros, personal médico y enfermeras».

Voceros de la Organización de Naciones Unidas (ONU), declararon que «nunca estuvimos confrontados a un desastre de esta magnitud en los anales de la ONU. No se parece a ningún otro, pues el país fue decapitado», dijo desde Ginebra Elisabeth Byrs, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios.

Tras el terremoto, Haití se convirtió en un país devastado donde las personas sin techo están repartidas en 40 lugares de la capital, Puerto Príncipe. Sólo en la principal plaza de la ciudad, la Plaza del Champ de Mars, hay unas 50 mil personas.

La ONU, encargada de coordinar la ayuda humanitaria en el terreno, afirma enfrentarse a «un desafío logístico mayor».

Así como en Puerto Príncipe, los socorristas de la ONU exploraron las ciudades al oeste de la capital haitiana y estimaron que la localidad de Leogane resultó destruida en cerca del 90 por ciento.

Los socorristas se trasladaron también a las localidades de Gressier (unos 25 mil habitantes) y de Carrefour (334 mil habitantes), al oeste de la capital y estimaron que la destrucción en esos lugares fue entre el 40 y 50 por ciento.

La ONU lanzó el viernes un llamado a la comunidad internacional para recolectar 560 millones de dólares para asistir a las víctimas.

Unos 30 países, entre ellos Cuba, Venezuela, México Estados Unidos y Francia, participan en las operaciones de ayuda, según el Departamento de Estado norteamericano.