Prensa Latina- Aporrea.org
En Nueva Delhi, los principales dirigentes políticos del país desfilaron por el Raj Ghat, el sitio donde fue incinerado el Mahatma (Alma Grande), como lo llamó el Nobel de Literatura Rabindranath Tagore de manera tan feliz que pocos conocen su verdadero nombre.
En el Archivo Nacional comenzó a mostrarse por primera vez una rara colección de cartas entre Gandhi y Herman Kallenbach, un culturista y arquitecto judío de origen alemán con quien mantuvo una estrecha relación durante los años que vivió en Suráfrica antes de volver a la India en 1914.
Por estos días también recorren el país varias reliquias asociados al artífice de la independencia india, entre ellas un par de sus icónicas gafas redondas, un libro de oraciones, un reloj de bolsillo y un puñado de tierra y briznas de hierba ensangrentada tomadas del sitio donde cayó el 30 de octubre de 1948.
Gandhi murió a manos de un extremista hindú que le disparó cuando realizaba su acostumbrada caminata nocturna en su casa del centro de Delhi, que convertida en museo también recibió hoy a cientos de visitantes.
Sin altisonantes actos públicos, el Bapu (padre en guyaratí, idioma de la patria chica de Gandhi) fue reverenciado empero por millones de indios de todos los credos y partidos, a lo largo y ancho de la nación surasiática.
Nacido el 2 de octubre de 1869 en el actual estado de Gujarat (oeste), Mohandas Karamchand Gandhi estudió Derecho en Inglaterra y vivió en Suráfrica antes de encabezar la lucha por la independencia de la India del Imperio Británico, finalmente alcanzada en 1947.
Su estrategia de la «satyagraha» o desobediencia civil no violenta sigue teniendo una enorme influencia en los movimientos y líderes políticos indios.
De 1937 a 1948, Gandhi fue nominado 12 veces al Premio Nobel de la Paz, pero por razones que el Comité del Nobel no ha aclarado, nunca se le otorgó la distinción.
En el 2007, la ONU declaró al 2 de octubre Día Internacional de la No Violencia y lo señaló como una ocasión especial para «diseminar el mensaje de la no violencia, incluso a través de la educación y la conciencia pública».
Gandhi también fue un firme defensor de la armonía interreligiosa y batió lanzas contra la injusticia del rígido sistema hindú de castas.