Queremos expresar nuestra enorme preocupación porque el retiro no fue consultado, sino comunicado, lo que no suelen hacer los anfitriones de estos foros, advirtió en una rueda de prensa al referirse al encuentro en que los mandatarios de ambos bloques debían tener la oportunidad de expresar sus posiciones sobre los diferentes temas en agenda.
Según Morales, los vínculos entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) demandan de un escenario de confianza, por estar marcados por un pasado de invasión, colonización y saqueo.
Por eso tenemos muchas diferencias con países europeos y algunos latinoamericanos, señaló poco después de clausurada en el centro de eventos Espacio Riesco la I Cumbre Celac-UE, a la que asistieron unas 60 delegaciones de alto nivel.
El foro aprobó la víspera la Declaración de Santiago y un Plan de Acción que se supone guíen las actividades encaminadas a “relanzar la alianza estratégica” birregional con cuestiones como las inversiones y el desarrollo sustentable.
Para Morales, una integración entre Celac y UE debe caracterizarse por la complementariedad y no por la competitividad, que “deja ganadores y perdedores y la supervivencia del más fuerte”.
Necesitamos socios y no dueños que vengan a saquear nuestros recursos naturales, sentenció.
También mencionó reclamos que deben ser escuchados para el bien de los nexos, como la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas ocupadas por Reino Unido y la devolución por Chile a Bolivia de una salida soberana al océano Pacífico.
El presidente boliviano agregó que los instrumentos para avanzar hacia un futuro conjunto deben además tener en cuenta a los movimientos sociales.
Al respecto, Morales presentó los seis desafíos que consideró que la Celac y la UE deben atender para impulsar una relación de iguales basada en el respeto a la soberanía.
La agenda incluye el combate al narcotráfico con una responsabilidad compartida por los Estados, la búsqueda de soluciones a la crisis económica y financiera que no impliquen el recorte de los beneficios sociales y el respeto al medio ambiente, que interpretó como la no mercantilización de la naturaleza.
En la propuesta también aparece la demanda de detener las guerras e intervenciones, para promover la paz y reducir los gastos militares multimillonarios, un nuevo modelo de integración birregional caracterizado por la complementariedad, y la existencia de inversiones con transferencia tecnológica y conocimiento.
Necesitamos en América Latina y el Caribe inversiones, pero no que saqueen nuestros recursos, expuso.