Pedro Echeverría V.
Mañana martes se celebran las elecciones presidenciales en EEUU entre dos personajes cuyas diferencias ideológicas e intereses económicos son mínimos: por ello al mundo muy poco le importa ese proceso electoral. Pero sin duda hay muchas expectativas entre los poderosos grupos económicos, petroleros, belicistas y fabricantes de armas de aquel país. Al parecer el presidente Barak Obama -del partido Demócrata- será reelecto y el millonario Mitt Romney (del Republicano) regresará a su anterior cargo y se preparará para las futuras elecciones. ¿Puede creerse acaso -sin dejar de ser iluso- que algún presidente yanqui puede gobernar al margen de los enormes grupos de poder que mandan en los EEUU y el mundo? ¿Se puede hablar de democracia en un país cuya historia ha sido la venta de armas, las guerras de invasión, el saqueo de riquezas en los pueblos sometidos?
2. Mitt Romney, líder en el partido Republicano, nacido entre el lujo, es un multimillonario (su fortuna personal se calcula en 250 millones de dólares) Como toda la ultraderecha internacional, exalta el mercado libre y propone continuar con la política de Reagan buscando desmantelar «lo que queda del New Deal y el compromiso del gobierno de mantener una red de bienestar social». Estudió en la universidad mormona Brigham Young y después en Harvard y resalta su orgullo empresarial. Fue misionero y llegó incluso a ser obispo de su religión mormona. Aunque es impropable, se llegara a triunfar, reforzaría el poder de los más conservadores del mundo. Su padre, George Romney, había sido gobernador de Michigan, ejecutivo en jefe de American Motors (los que fabricaban, entre otras cosas, el automóvil Rambler, y los Jeep), y había sido precandidato presidencial e integrante del gabinete de Richard Nixon en los setenta.
3. Obama, aunque también representa los intereses de grandes empresarios, porque ningún político de Estado puede dejar de hacerlo, como individuo parece otra cosa por ser originalmente un universitario y político: En 1985 es director de un proyecto de desarrollo comunitario, tres años después ingresó a la escuela de derecho, en 1992 fue líder juvenil en Illinois, cuatro años adelante fue senador y en 2003 ocupó el cargo del comité de Salud, para ser investido otra vez como senador en 2005. No se le ve -junto con su esposa- estar interesado en los asuntos empresariales, aunque la historia de los EEUU enseña que ningún candidato o presidente de aquel país puede ser nominado sin representar a la parte del imperio que apoya a Republicanos o Demócratas. Obama, que nació en Honolulu, Hawái, es hijo de un economista de Kenia y una madre antropóloga.
4. Pero ya lo decía el profesor Moniz Bandeira al hablar de la pesada herencia de Bush: Lo nuevo que Barack Obama representa -escribió- es la elección de un afro-americano para la presidencia. Pero, en términos de directrices políticas, las diferencias no son fundamentales, debido a las relaciones reales de poder en los Estados Unidos. Obama, por ejemplo, no puede cortar sustancialmente los programas del Pentágono, a fin de reducir el déficit fiscal de los Estados Unidos, que crece año a año. Si intentase hacerlo, diversas industrias de material bélico quebrarían inmediatamente, aumentando el desempleo y arruinando a los Estados donde están instaladas. Pero el complejo industrial-militar es una burbuja, inflada por los recursos públicos, y días más días menos va a estallar, como sucedió con la burbuja del sistema financiero y la industria automovilística.
5. Todos los presidentes, además que suben atados para imponer una política de los grandes grupos imperialistas, ellos mismos están plenamente convencido de que su política es buena para todo el mundo. Obama buscó acercarse al mundo islámico y fue rechazado por desconfianza a pesar de que en un principio presionó a los judíos de Netanyahu; luego incrementó las tropas invasoras de Afganistán y redujo las de Irak prometiendo un retiro. Pero al poco tiempo aumentó su colaboración con Israel dándole ayuda militar, aunque en voz baja mostraba su desacuerdo con los asentamientos israelís. Luego vino el ataque contra Libia con el argumento de «protección a civiles». En 2011-con la colaboración de Paquistán- acabó con la vida de Bin Laden. Y así podríamos seguir denunciando las intervenciones de Obama ordenadas desde el Pentágono y los monopolios.
6. Así que las elecciones en EEUU no pueden despertar interés en los pueblos. Y en caso de aquellos tontitos ególatras que -sin pensar en el mundo- preguntan que «quién conviene a México», hay que decirles que cualquiera continuará siendo su amo y con cualquiera los mexicanos seguirán actuando como lacayos mientras no cambie la política de México. Si México algún día recuperara un poquito de su independencia y dignidad frente a los EEUU -como lo han estado haciendo o tratando de hacer: Cuba, Venezuela, Bolivia, Brasil, Nicaragua, Ecuador, Argentina, Uruguay, sería otra cosa. De todas maneras, los analistas de lo político, no pueden dejar de observar estos fenómenos por el poder que tienen de cambiar muchas cosas en el mundo. A partir del gobierno de Obama, los EEUU parecen haber recuperado cierta presencia en el mundo por aparentar ser menos guerrerista. (5/XI/12)
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