Nicolás Álvarez G.

 

La consigna política lanzada por la Presidenta argentina Cristina Fernández denominada Unidos y Organizados (UyO) se ha transformado en un armado político (parte del Frente para la Victoria) conformado por organizaciones políticas (Kolina, La Cámpora, JP descamisados, Movimiento Evita, Frente Transversal, Federación Tierra y Vivienda, Corriente Martín Fierro, y otras) que se han fusionado en un solo espacio de articulación que actúa en bloque, siguiendo instrucciones de la Presidenta (y su mesa chica) y actuando en consecuencia.

 

Ante los efectos creados por la crisis del capitalismo global desde los países centrales, el gobierno  adoptó medidas defensivas en materia de ingreso de productos desde el exterior y controles al egreso y compra de moneda extranjera, para intentar mitigar la fuga de divisas y lograr mantener las reservas del banco central en moneda extranjera y pagar los compromisos de la deuda externa. Políticamente, el principal objetivo de la conducción de UyO ha sido el combate abierto (en defensiva) contra el Grupo multimedio Clarín, principal medio opositor al gobierno argentino.

 

El denominado 7D, será el 7 de diciembre fecha límite para que el multimedio se desprenda de parte de sus activos para cumplir con la actual ley de medios audiovisuales. Ese día se está planteando como un momento emblemático en la disputa contra los poderes económicos concentrados, de los que Clarín es vocero y principal aparato de bombardeo mediático dirigido a destruir al gobierno de Cristina Kirchner.

 

Las nuevas técnicas de manipulación y guerra psicológica elaboradas en las redacciones del grupo  con asesoramiento de laboratorios de la CIA, ha comenzado una nueva arremetida que en los últimos meses provocó una baja en la aceptación popular de Cristina, como no se había logrado desde el duro enfrentamiento con los sectores agroganaderos en el año 2008.

 

La designación de Martín Sabatella como nuevo director del organismo (AFSCA) -encargado de aplicar la ley de medios- le da volumen político, pero no ataca el problema principal que plantea la maquinaria mediática de Clarín y sus mecanismos de guerra psicológica encubierta bajo noticieros, programas de opinión en radio y TV, portales de internet y medios gráficos anti-gobierno.

 

La política comunicacional de «Unidos y Organizados» no parece adquirir dimensión suficiente en materia de contra-información y técnicas para contrarrestar la andanada de basura mediática que corroe la conciencia de la población argentina, expuesta a manipulación psicológica, creando consumidores alienados que internalizan creencias contrarias a sus propios intereses económicos, sociales y personales.

 

Unidos y Organizados es en realidad un grupo que se mantiene leal a la Presidenta y ocupa cargos en el gobierno, pero que aún no ha logrado una base de sustentación ideológica y programática con anclaje en la sociedad que lo haga invulnerable a los misiles comunicacionales del Grupo Clarín.

 

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