Imágen tomada durante marcha del jueves 13 de septiembre en Mar del Plata
Contra los aliados de Chávez
Beatriz Ramos (*)
Un nuevo embate de la derecha se ha iniciado en Argentina para golpear al gobierno Kirchner y debilitar a los aliados de Chávez, quien enfrenta una nueva elección presidencial el próximo 7 de octubre.
La opocición y los analistas de la derecha argentina vienen batiendo el parche del tambor acusando al gobierno de Cristina Fernández de estar chavizando al país, pues se estaría produciendo una división de la sociedad producto de medidas de gobierno autoritarias que coartan la libertad de los ciudadanos: cepo inmobiliario y cambiario, persecución impositiva, dicultades de vacacionar en el exterior (Miami como destino favorito) más las situaciones de inseguridad e inflación que estarían llevando al país a una supuesta ruina económica que muy pocos perciben en el mundo real.
Al fracasar en su estrategia electoral que derivó en un estrepitosa derrota recibiendo un contundente 54% de votos en contra en octubre pasado, la estrategia del poder comenzo un trabajo de zapa destinado a erosionar al gobierno y levantar a sectores medios altos ligados a intereses económicos extranjeros pero viviendo en territorio nacional.
Al igual que en Venzuela, los ciudadanos que mayores ingresos perciben y mejor calidad de vida acumulan son quienes más confrontan con el ideario del gobierno de Chávez o de Cristina ( con las distancias y similitudes del caso): el fascismo apátrida es el mismo que sale a las calles cuando se toman decisiones que favorecen a las mayorias populares.
Los Capriles Radonki o Leopoldo López no son diferentes de los Macri o Bulrich, los adecos y copeyanos no cambian de los radicales argentinos o peronistas pejotistas o derechistas del PRO. Los intereses del imperio reproducen en cada comarca sus propios líderes y su propia clientela que captan favoreciendo a un sistema de vida transculturizado por el neoliberalismo en su versión capitalista gobalizada que ha desatado la mayor crisis económica contra los pueblos de Estados Unidos, Europa y los países en desarrollo nunca visto desde los años 30.
Así, el fascismo argentino se une mediante un cordón visible a traves de los medios de comunicación como Globovisión y TN, el Nacional y Clarín y las ONGs financiadas por el departamento de Estado de los EE UU que aplicando una estrategia de laboratorio de guerra psicológica pretende demoler las conquistas logradas por los pueblos de Bolivar y San Martín.
(*) Comunicadora Social