Níkolas Stolpkin
Izquierda y Derecha
Partamos definiendo brevemente lo que es Izquierda y Derecha…
Está claro de que desde el punto de vista de la lógica burguesa lo que se denomina “izquierda” y “derecha” son en definitiva dos caras de una misma moneda. Al estar estas estrechamente relacionadas con las ideas y los intereses de la élite del Poder, o de la clase dominante, la diferencia que pueden haber entre ellas se hace mínima.
Desde un punto de vista revolucionario lo que denominamos como Izquierda, es lo que podríamos definir como el campo progresista, conformados por elementos de avanzada de las clases dominadas; y, por otra parte, como fuerza antagónica, la Derecha, que podríamos definir como el campo reaccionario, conformados por los elementos de avanzada de la clase dominante.
Por tanto ignorar la existencia de la Izquierda y la Derecha, desde un punto de vista progresista, puede ser bien un acto de crítica hacia determinado status quo contrario a los intereses generales; pero ignorar la Izquierda y la Derecha desde un punto de vista apático con respecto a la política es ignorar la existencia de la lucha de clases o ignorar la presión ejercida entre el campo progresista y el campo reaccionario.
Ahora entremos en materia con respecto al título que nos convoca.
Si bien la fracturación de la Izquierda comenzó históricamente a partir de la muerte del líder ruso Joseph Stalin, sería a partir de la reciente aparición de la denominada “Primavera Árabe” que podemos ver claramente las fisuras que hasta el momento habían permanecido de manera imperceptible dentro de la Izquierda. Y si a ello podemos sumar como ejemplo la pasada masacre en Marikana, Sudáfrica, se podría confirmar la mediocridad ideológica en la que ha desembocado la actual Izquierda Occidental.
La Izquierda Occidental hoy no está en coma, sino que está en una fase terminal que bien podría desembocar en el nacimiento de una nueva generación de izquierda que vendría a sustituir los actuales espacios de Poder que hoy aún mantienen tomado los elementos viciados existentes dentro de la Izquierda.
Pareciera dar la impresión de que la caída política de esa Izquierda cayó por su propio peso con la caída de la URSS. Sin embargo la caída que aún no hemos presenciado es la caída ideológica que, tal como la caída política, habrá de caer por su propio peso.
Cuando vemos a una Izquierda desligarse de sus funciones originales frente a la Clase Dominada ya estamos haciendo un grueso favor a los intereses de la Clase Dominante.
Y hoy la Izquierda carece de brújula política y, más encima, se presta para ser parte de las jugadas imperialistas de las fuerzas reaccionarias, tal como hoy la vemos sumarse a cada punto de la agenda imperialista.
¿Cómo puede la Izquierda permitirse ser manejados por la agenda informativa imperialista y, para despistar un poco, posicionarse en un lugar ambiguo (de no estar con ninguno ni con otro)?
¿Por qué al interés imperialista la Izquierda toma una posición favorable a los intereses imperialistas? Ya está comprobado. Si el foco de atención imperialista es Túnez, allí saltan obedientemente la presente Izquierda; si el foco de atención imperialista es Egipto, allí saltan obedientemente la presente Izquierda; si el foco de atención imperialista es Libia, allí saltan obedientemente la presente Izquierda; si el foco de atención imperialista es Siria, allí saltan obedientemente la presente Izquierda. ¿Esa es la razón por la cual la masacre en Marikana, Sudáfrica, frente a la presente Izquierda haya pasado sin ninguna importancia?
No por nada ya hemos señalado de que la Izquierda perdió su agenda, si es que alguna vez la tuvo, y hemos señalado, además, de que ha adoptado una mentalidad pequeño burgués al enfocar más su atención en casos como la masacre de Denver, Julian Assange o las Pussy Riot que al asesinato de más de una treintena de mineros a manos de las fuerzas represoras sudafricanas. Podrán justificarse diciendo que ello no es nada nuevo, pero resulta ser que aquella masacre fue expuesta fugazmente en los Grandes Medios de Comunicación Masiva con pruebas gráficas y explícitas de lo ocurrido allí. ¿No basta ese detalle para saltar de nuestros asientos?
Es solo cosa de ver y asombrarnos la producción intelectual de izquierda donde más han puesto el foco de atención o cosa de ver los titulares de los “Grandes Medios de Izquierda”, después de ocurrida la tragedia en Sudáfrica.
La Izquierda, desgraciadamente, ya no se asombra ni reacciona frente a acontecimientos que tengan como protagonista a la clase trabajadora, que debería ser de su mayor incumbencia, si es que el foco de atención imperialista está en otro lado.
¿Pero en qué se ha convertido hoy la intelectualidad de Izquierda?
Es muy curioso, pero los que están “arriba”–que están dentro de espacios de poder muy particulares–, parecieran actuar de la misma manera como muchos partidos de Izquierda se han convertido hoy dentro de la legalidad burguesa: comunistas sin ser comunistas, socialistas sin ser socialistas.
La lucha armada ha pasado a ser una cosa ficticia, dentro de la presente Izquierda, pero que bien muchos apoyan en lugares como Libia o Siria; y la figura de Ernesto Che Guevara ha pasado a ser un bonito recuerdo de “otros tiempos” o un buen adorno nostálgico que les recuerda sus años de “idealismo”.
La actual intelectualidad de Izquierda, los de “arriba”, no están por ninguna toma del Poder por medio de la lucha armada. La “toma del Poder” solo se circunscribe hoy a la lucha electoral; y, si les va bien a unos, gusta acomodarse como buenos parásitos “sabelotodo”. Toman cierta distancia frente a fuerzas revolucionarias verdaderamente comunistas (como en Colombia con las FARC-EP o la India con el Partido Comunista de tendencia maoísta) y toman posición cómoda frente a fuerzas amorfas ideológicamente (como lo es en Libia o Siria), y que ya está más que comprobado la actuación allí de fuerzas mercenarias con apoyo en lo financiero, inteligencia y armamentístico por parte de las fuerzas imperialistas.
Hoy la Izquierda, o el campo intelectual de Izquierda, no es un campo confrontacional contra el sistema capitalista, sino que es un campo que aboga por un sistema más “humanizado” o que demanda “reformas”; no busca sustituir un sistema económico por otro; su lucha más se basa en contener cualquier atisbo que se salga del cauce “democrático”, visto desde la lógica burguesa; buscan la “paz” o la conciliación con las clases dominantes, frente a cualquier muestra confrontacional violenta contra el sistema capitalista y la Clase Dominante. ¿Es acaso una muestra de que gozan de ciertas comodidades que les brinda el propio Sistema Capitalista y que por eso no son ninguna amenaza para el mismo?
Su ideología suele ser amorfa si de confrontación contra el sistema se trata.
No existe mucho debate sobre una determinada ideología que sea confrontacional contra el sistema capitalista. Lo que suele haber es un debate pequeño burgués que solo beneficia los intereses particulares de la clase dominante y no beneficia alguna ideología particular a pesar de que se llenan la boca con palabras propias de alguna ideología en particular de la Izquierda.
¿Ideas de un pequeño malcriado en la cumbre?
Tal como hoy se usa conceptos como “comunista” o “terrorista” para señalar a los que confrontan violentamente el sistema capitalista, dentro de la intelectualidad de izquierda se condena automáticamente a los que hagan comentarios o señalamientos favorables a la vida y obra de Joseph Stalin ó Mao Tse-Tung ó en contra de personajes como León Trotsky. Pero curioso es cuando los que hoy abrazan las ideas de Trotsky, o más bien el concepto de Trotskismo, son los mismos que hoy llaman a posicionarse en contra de la OTAN y en contra de las “dictaduras” que combate la OTAN en el Magreb y el Medio Oriente buscando justificarse en la figura de Lenin.
Entonces cabe hacerse las siguientes preguntas: las ideas de personajes tales como Stalin ó Mao ¿debemos dejarlas enterradas en el pasado y abrazar ideas confusas que abrazan los autodenominados “trotskistas”? ¿No podemos cargar dignamente los aciertos y errores que podrían haber cometido camaradas como Joseph Stalin ó Mao Tse-Tung, y sí abrazar las ideas de un pequeño malcriado que pareciera hoy obnubilar a su séquito que no sabe distinguir plenamente lo que es bueno y lo que es malo al buscar posicionarse dentro de una posición NINI frente a las fuerzas Imperialistas? ¡¡¡Ni siquiera las fuerzas imperialistas en su historia han desdeñado alguna figura de sus propias fuerzas imperialistas!!! Y, si las hubieran, pues no están a la vista. Para ellos lo que se deja atrás son etapas que forman parte de su desarrollo. ¿Cómo habremos de crecer si nos empecinamos en querer ignorar o denostar parte de nuestro pasado?
Lo que llega a ser más patético es que el comportamiento errado al cual está incurriendo esa Izquierda, ya se le ha llamado la atención innumerables veces y ni aún así pueden entender su proceder. Las posiciones de Poder con los cuales gozan pareciera no dejarles reflexionar. Están tan metidos dentro del papel de falsos dioses, dentro de un cielo que les brinda todo pero que está malformado y lleno de moho, que su arrogancia no les deja ver más allá de sus propias narices.
Pareciera –esa Izquierda– no entender que su papel obstruccionista dentro del campo progresista impulsará, tarde o temprano, irremediablemente la llegada de nuevos actores que no tendrán más remedio que quemar su cómodo cielo.
Hoy quizá nuestros pequeños medios sean muy pequeños en comparación al tamaño que hoy gozan los “grandes medios de Izquierda”. Pero mañana, aquellos pequeños podrían llegar a ser grandes y junto con ellos los nuevos actores; y lo que hoy es grande podría mañana caer en el penoso ostracismo.
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Níkolas Stolpkin
Analista político nacional e internacional – Political Analyst – Crítico de política y Cultura Contemporánea – AUTODIDACTA