Isaac mantenía vientos máximos sostenidos de 110 km/h cuando se encontraba 470 km al sur-sureste de Mobile (Alabama, sur) y unos 370 km al sureste de la desembocadura del río Misisipi, según el último parte de las 00H00 GMT del Centro Nacional de Huracanes (CNH) estadounidense, con sede en Miami.
Un “avión de reconocimiento indica que Isaac se fortalece. Demuestra una amenaza de marejada ciclónica significativa en la costa norte del golfo”, señaló el CNH, que precisó que la tormenta tropical se desplaza al noroeste a 17 km/h.
La trayectoria de Isaac, que podría convertirse en huracán antes de alcanzar la costa norte del Golfo de México, llevó a Obama a decretar el estado de emergencia en Luisiana, golpeada en 2005 por el devastador huracán Katrina.
El mandatario ordenó a la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) liberar fondos y ayudas federales “sea cual sea la potencia de la tormenta” y prometió a los gobernadores de Luisiana, Alamaba y Misisipi -que declararon la emergencia el domingo- “todos los recursos necesarios para hacer frente a la llegada” de Isaac.
El ojo de la tormenta apunta específicamente a Nueva Orleans, la ciudad que el 29 de agosto de 2005 fue asolada por Katrina con vientos máximos sostenidos que superaban los 178 km/h -categoría 3 en la escala de cinco niveles Saffir-Simpson- y que se convirtió en el huracán más mortal al cobrarse más de 1.800 vidas, y el más costoso en Estados Unidos.
La falta de preparación y los intentos fallidos de coordinación en aquel aciago momento forzaron a los residentes a tomar refugio en los áticos para luego romper los techos y escapar al creciente nivel de agua, una situación que hoy políticos locales y el gobierno federal intentan evitar con enérgicos llamados a la población a tomar todas las precauciones necesarias.
Un aviso de huracán está en vigencia para el este de Morgan City (Luisiana), hasta la frontera de Florida y Alabama, incluyendo la zona metropolitana de Nueva Orleans.
Ante la prevista llegada de Isaac, el gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, recomendó evacuaciones voluntarias en la zona de vigilancia del huracán, mientras que el gobernador de Alabama, Robert Bentley, ordenó evacuaciones obligatorias.
Ráfagas de lluvias se sentían en Tampa, donde la prensa, algunos delegados y pocos militantes del Partido Republicano asistían a las instalaciones del centro de la ciudad donde el martes empezará la 40 Convención Nacional Republicana, que fue inaugurada el lunes en una sesión simbólica de menos de cinco minutos.
Mientras, en el Golfo de México, alrdedor del 78% de la producción de crudo está paralizada, seis refinerías decidieron cerrar y 346 plataformas petroleras evacuaron a su personal ante el avance de la tormenta tropical.
En Miami hubo tormentas esporádicas el fin de semana con vientos fuertes sostenidos y lluvias que obligaron la cancelación de más de 400 vuelos desde y hacia el aeropuerto internacional de la ciudad, además del cierre de escuelas y edificios públicos este lunes.
La tormenta Isaac está en activo desde el pasado martes, cuando empezó su impredecible recorrido por las Antillas Menores en el Caribe, desafió a Puerto Rico que la esquivó por el sur y amenazó con convertirse en huracán antes de dirigirse a la isla la Hispaniola, compartida por Haití y República Dominicana.
Llegó a Haití con pronósticos de que tocaría tierra y probablemente se debilitaría. El ciclón salió intacto de esta nación abatida por el terremoto de 2010 pero dejando 19 muertos y seis desaparecidos, y otras dos personas fallecidas en República Dominicana, antes de continuar su camino hacia Cuba.
Tras su pasaje por La Española, Isaac atravesó la isla de Cuba durante cinco horas el sábado, causando únicamente daños menores en carreteras, viviendas, tendidos eléctricos y cultivos, pero sin dejar víctimas.