Traducción directa del ruso de Arturo Marián Llanos |
Ya he escrito bastante sobre que la élite financiera mundial hasta hace poco unida, se ha dividido a lo largo de este último año. Esa división además está basada en los hechos totalmente objetivos, por lo que sería difícil superarla. Simplificando, el recurso del que esa élite ha vivido durante los últimos decenios (por no decir los últimos cien años), la emisión del dólar, ya no funciona y no puede asegurarle a la élite financiera el nivel de vida al que está acostumbrada.
Para ser más exacto, no es que la emisión no funcione, sino que su efectividad está continuamente bajando (de lo que hablan ya incluso los candidatos a la presidencia de los EE.UU.), por lo que se hace imposible mantener el mismo nivel para la élite y las estructuras financieras que le pertenecen. Entonces surgen dos soluciones fundamentales. O, más exactamente, tres. Pero la tercera es la que da por supuesto que la crisis pronto se va a acabar y no hay que ponerse nerviosos – alguien se arruinará, allá él, pero en general, relativamente pronto todo “volverá a ser como antes”.
Pero las dos variantes que prevén la continuación de la crisis, son bastante desagradables para todos los representantes de la élite. La primera prevé la drástica reducción de la élite, reducción controlada, pues en el caso contrario las guerras intestinas podrían causar un daño colosal. La segunda – es la explotación de las nuevas fuentes de ingresos, que puedan compensar la destrucción de la vieja fuente.
De momento no vamos a considerar la primera variante, señalemos tan solo que ya hubo intento de utilizarla, el banco “Lehman brothers” es un ejemplo. Pero dado que nadie ha abolido las fronteras de los estados y de los clanes, semejantes acciones inevitablemente provocan la guerra de todos contra todos, de modo que esos métodos son extremadamente peligrosos. Aunque, la segunda variante, también lleva a un serio enfrentamiento.
Si mi hipótesis acerca de que parte de la élite financiera mundial ha comenzado a construir el sistema de varias zonas de divisas alternativas, operaciones de cambio entre las cuales deben convertirse en su fuente de ingresos (y su garantía de seguridad), entonces inevitablemente este grupo tiene que destruir el monopolio de la emisión del dólar. Les guste o no a los miembros de este grupo, o si tal necesidad contradice algunos de sus intereses locales – ya no importa, no pueden resolver esta cuestión sin destruir el monopolio del dólar como la única por hoy divisa de reserva y de operaciones comerciales.
En correspondencia, aquella parte de la élite financiera mundial, que ha decidido conservar el monopolio del dólar, necesariamente tiene que destruir semejantes centros alternativos, incluso si aún no se han formado y tan solo comienzan a formarse. Y este trabajo se lleva a cabo, vemos muy bien como los EE.UU. luchan activamente contra los intentos de crear una divisa común en América Latina, como intentan activamente destruir el sistema financiero de la Unión Europea, también China tiene problemas. De Rusia ni siquiera hablo. Esa labor podría tener éxito – aunque tampoco salvaría el centro financiero del dólar. Ahora llegamos al punto más interesante que en realidad fue el motivo para escribir este texto.
El caso es que para actuar de manera razonable y coherente, aquella parte de la élite financiera mundial que está orientada hacia el centro del dólar (para simplificar, llamémosles los “liberales”) necesitan elaborar y aplicar cierta estrategia. La estrategia que siguen en actualidad fue elaborada por la dirección de los Estados Unidos en la situación de su total predominio en el mundo, por lo que con los efectos de su realización habrá (y ya hay) serios problemas. De modo que les hace falta una nueva estrategia.
Y es cuando surgen los problemas. El problema básico consiste en que precisamente las instituciones, relacionadas con el Sistema de Reserva Federal, como centro emisor, son los principales centros de apoyo del actual “mainstream” económico. Todo el sistema de “economics” está apoyado, desarrollado e introducido a través del FMI, el Banco Mundial, instituciones y centros de estudios relacionados con ellos. Y eso significa que son completamente incapaces de escribir la teoría de la crisis actual. No pueden hacerlo.
Y no se trata de que no exista tal demanda, al contrario ahora es cuando más hace falta. El asunto está en que el lenguaje del mainstream económico actual, el lenguaje de “economics”, como ya he señalado en repetidas ocasiones, es completamente inadecuado para semejante labor. Sin embargo, no se puede decir lo mismo sobre los “cambistas”.
El caso es que necesitan crear nuevos centros financieros. Para cada uno de ellos habrá que crear su propia élite financiera, o, más exactamente, crear las posibilidades para su aparición, pues el lugar sagrado no permanece vacío. Y parte de esta élite formará el sistema científico para asegurar la estrategia de desarrollo. Y no se trata tanto de que este trabajo comience, seguramente, desde la base del actual mainstream económico, sencillamente porque no existe nada más. Lo importante es que esos centros serán independientes, tanto por el hecho de que no van a depender del FMI y otros centros “economicsistas”, como porque serán lo suficientemente competitivos.
En esta situación el grupo alternativo dentro de la élite financiera mundial tiene la posibilidad de obtener una poderosa ventaja, no solamente porque ya no estará relacionado con el viejo, dogmático y, hoy en general ya inadecuado modelo teórico, sino que además porque podrá estimular modelos alternativos. Ofreciéndole no solamente la banal financiación, sino también la posibilidad de realizar sus planes e ideas y construir sobre su base un sistema global (aunque dentro del campo de la competencia).
En realidad se trata de la principal ventaja de los “cambistas” y difícilmente van a renunciar a ella. La cuestión es otra – ¿cuándo y cómo comenzarán esta labor? Y si tendrá algo que ver con nuestro país. En realidad, probablemente, el comienzo de este trabajo será el hecho definitivo, que confirme el que las dos partes de la élite financiera mundial se han separado muy en serio.
Publicado en el sitio web de Mikhail Khazin worldcrisis.ru