Jörn Boewe
Junge Welt

* Traducido del alemán para Rebelión por Javier Fernández Retenaga

La mitad de los trabajadores temporales a jornada completa tiene que arreglárselas con menos de 1.419 euros.

Aun cuando las empresas cubren sus necesidades de fuerza de trabajo casi exclusivamente con trabajadores temporales y los “toman prestados” durante años, el gobierno federal no aprecia en ello ningún abuso de la Ley de trabajo temporal. La coalición de gobierno no se plantea ninguna modificación legislativa. Es lo que se deduce de la reciente respuesta del Ministerio de Trabajo a una pregunta de la diputada Jutta Krellmann (Die Linke) (BT-Drs. 17/10432).

La pregunta viene motivada por las informaciones periodísticas en torno a la compañía Isringhausen, que fabrica asientos para la furgoneta de transporte Mercedes-Benz Sprinter en Ludwigsfelde, al sur de Berlín. El diario Märkische Allgemeine informó el 22 de mayo que a excepción de dos trabajadores fijos, entre ellos el director, el resto de empleados son trabajadores temporales. De los alrededor de treinta trabajadores “cedidos”, algunos llevan ya seis años en el mismo puesto, según revelaron al MAZ trabajadores de la empresa. La delegación del sindicato IG Metall en la zona lo explica de la siguiente manera: “Mercedes exige que los proveedores se encuentren casi a tiro de piedra de la factoría, y que pese a ello los precios se parezcan más a los de China o India que a los que corresponden a los costes laborales en Alemania”, como se dice en la página web de IGM Ludwigsfelde.

“Desde que los trabajadores temporales pueden permanecer empleados por tiempo indefinido en la misma empresa, éste es el método preferido para presionar los salarios a la baja”, sigue explicando el sindicato. Hasta la promulgación de la ley “Hartz I”, de 2003, “la duración máxima del empleo era de dos años, pero hoy en día –como sucede en Isringhausen– pueden permanecer durante largos años en la misma empresa. Se dispone así de un equipo tan experimentado como el de una plantilla fija. Y si el empleador quiere deshacerse de un trabajador, basta con una llamada a la empresa de trabajo temporal y al día siguiente lo tiene ya en la calle. Sin plazo de comunicación de despido, sin indemnización, sin demandas legales.”

Dice la ley que “La cesión de trabajadores a los empresarios es de carácter provisional”. Lo que la diputada Krellmann quería saber es si “en opinión del gobierno federal el empleo de trabajadores temporales durante más de seis años y sin fecha de finalización previsible puede a tenor de la ley considerarse provisional”. Respuesta del departamento de la ministra Ursula von der Leyen (CDU): “El término ‘provisional’ se entiende ahí como un factor temporal flexible, sin que precise una duración máxima de la cesión”. Por tanto, “no hay intención de modificar el actual marco legal» y “tampoco es posible en adelante una cesión de trabajadores temporales por un plazo de tiempo fijado de antemano”.

Pero la respuesta del ministerio contiene también datos oficiales acerca de los salarios de miseria que se pagan en la industria. Según dichos datos, la mitad de los trabajadores temporales empleados a jornada completa ganaban en 2010 (son los últimos datos disponibles) menos de 1.419 euros brutos. Como referencia, el sueldo medio de los cotizantes a la seguridad social era ese mismo año de 2.702 euros. La proporción de empleo temporal en las ofertas registradas rondaba el 35%.

Von der Leyen se pronuncia “de dientes para afuera en favor del principio de igualdad de retribución”, dice Krellmann comentando la respuesta de la ministra, pero se niega a poner fin a las escandalosas diferencias mediante la regulación legal. “Es hora ya de prohibir el trabajo temporal a fin de que el empleo regular vuelva a tener la prioridad”.