Realizado por el Observatorio del Derecho Social
Observatorio del Derecho Social
En el año 2011 no se aprecian modificaciones sustanciales en cuanto a los contenidos de las negociaciones colectivas, aunque sí es importante señalar que, por primera vez desde el año 2004, se verifica una reducción de la cantidad total de homologaciones, que pasó de 2046 unidades en el año 2010 a 1834 en el año 2011.

La negociación colectiva durante el año 2011 continuó siendo eminentemente salarial. En efecto, sobre el total de convenios colectivos y de acuerdos celebrados a nivel de actividad (615 unidades), el 93% contuvo algún tipo de cláusula de recomposición salarial, ya sea a través de una actualización de las escalas salariales, del otorgamiento de sumas fijas periódicas, remunerativas o no remunerativas, o de otros adicionales salariales. Asimismo, si se consideran sólo los acuerdos por rama de actividad (509 unidades), el 76% contiene exclusivamente cláusulas de recomposición salarial, que en algunos casos son acompañadas por aportes a la organización sindical o por cláusulas de paz social.

En cuanto al contenido de las negociaciones salariales, continúa observándose una dispersión de los porcentajes de incremento de los básicos convencionales, así como también una importancia significativa del tratamiento de los adicionales, puesto que en muchos casos ellos explican gran parte del contenido de la negociación salarial. El resultado de dichas negociaciones dista de haber seguido una pauta uniforme, y parece estar más vinculado a las características de la actividad, a los valores salariales existentes en cada una de ellas, e incluso la propia dinámica de la conflictividad laboral.

El rango de dispersión de los incrementos salariales se ubicó, en la mayoría de las negociaciones, entre el 24% y el 28%, mientras que algunas negociaciones superaron el 30%. Por su parte, la inflación anual se ubicó en torno al 24% (IPC de los institutos de estadística provinciales), por lo que los básicos convencionales, en la mayoría de los casos, se ubicaron levemente por sobre el nivel de incremento de los precios. En este marco, el promedio salarial de los trabajadores registrados del sector privado en el año 2011 ascendió a la suma de $ 5.382, mientras que los básicos inferiores de las principales escalas salariales se encuentran, mayoritariamente, entre los $ 3.000 y $ 4.000 mensuales.

La negociación salarial durante los últimos años ha permitido incrementar sostenidamente los básicos de convenio. Sin embargo, cabe destacar que esta recuperación apenas ha posibilitado que el salario real de los trabajadores registrados del sector privado vuelva a situarse en los niveles previos a la crisis de 2001, que por entonces ya se encontraba en niveles bajos en términos históricos.

La actualización de los niveles salariales se contrapuso con un menor incremento de otras variables que hacen al ingreso total de los asalariados. En particular, el mínimo no imponible de la cuarta categoría del impuesto a los ingresos personales se incrementó en un 20%, mientras que los topes para percibir las asignaciones familiares experimentaron una actualización todavía menor. De esta manera, muchos trabajadores que obtuvieron un incremento real de sus salarios de convenio, experimentaron una reducción de su ingreso total por el impacto del impuesto a los ingresos personales, o por haber dejado de percibir las asignaciones familiares. De ahí que, a lo largo del año 2011, estos dos aspectos hayan estado muy presentes en la agenda reivindicativa de las organizaciones sindicales.

Si bien este informe corresponde a las negociaciones colectivas homologadas en el año 2011, al momento de su elaboración ya se han renovado gran parte de las escalas salariales correspondientes al año 2012. El análisis en profundidad de estos acuerdos será realizado en trabajos complementarios del Observatorio del Derecho Social de la CTA. Sin embargo, podemos señalar aquí algunas tendencias generales que se han observado en la ronda de negociación del año en curso.

Por un lado, el Gobierno Nacional habría tenido una participación mucho más activa al momento de intentar fijar una pauta uniforme para el conjunto de las actividades. En un primer momento, esta pauta fue aplicada a las negociaciones correspondientes a los trabajadores de la educación (19,7% de aumento anual), del transporte automotor de pasajeros (inferior al 18%, y cubierta con fondos de la Secretaría de Transporte de la Nación) y de la administración pública (21%).

Esta pauta fue resistida en la mayor parte de las actividades, y en un segundo momento se instaló en torno al 24% de incremento anual. Este porcentaje sí fue receptado por la gran mayoría de las negociaciones celebradas a partir de entonces, entre las cuales se encuentran las correspondientes a la industria metalúrgica (23%), la construcción (24%), el cuero (24%), bancarios (24,5%), comercio (25%) y camioneros (25,5%).

Este porcentaje de incremento nominal es similar a la inflación anual, que al mes de abril de 2012 era aproximadamente del 24% anual de acuerdo a los índices de inflación de los institutos provinciales de estadística, por lo que, en principio, los básicos de convenio en las negociaciones de 2012 habrían mantenido su valor en términos reales.

Nuevamente, la actualización nominal de los salarios volvió a generar tensiones en torno al incremento del mínimo no imponible del impuesto a los ingresos personales y de los topes del sistema de asignaciones familiares, ya que en el marco de una situación de estancamiento de los ingresos en términos reales, la existencia de una mayor presión impositiva sobre el salario de los trabajadores, o la pérdida de otras fuentes complementarias de ingresos, como las asignaciones familiares, importa una caída del poder adquisitivo del salario.

En cuanto a los contenidos no salariales, las principales cláusulas negociadas continúan siendo de ordenamiento de las relaciones laborales, principalmente a través de la cláusula de paz social vinculada a las negociaciones salariales, y de aportes y contribuciones a la organización sindical.

Finalmente, continúan negociándose numerosas cláusulas de flexibilidad laboral, principalmente en materia de jornada y de organización del trabajo. Considerando exclusivamente los convenios colectivos homologados en el año 2011 (106 unidades), en el 34% de los casos se pactó la polivalencia funcional, en el 8% el trabajo por células o equipos de trabajo, en el 32% se establecieron mecanismos de promoción por evaluación de desempeño, en el 43% se habilitó el trabajo en turnos, en el 7% se autorizó al empleador a computar la jornada en base a promedios, y en el 27% a fragmentar el período de vacaciones.

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