La “seguridad jurídica” que quiere el Imperio y el cinismo de Valenzuela


Matriz del Sur


Una nueva réplica del Gobierno argentino hacia un funcionario norteamericano de “visita” en el país, estuvo a cargo del Jefe de Gabinete de Ministros, Aníbal Fernández, que cuestionó con dureza al jefe de la diplomacia estadounidense para América latina, Arturo Valenzuela.

El jefe de Gabinete acusó al enviado de Barack Obama de «haber sido crítico de muchas democracias latinoamericanas» y también lo describió como «uno de los promotores del Consenso de Washington».

Lo criticó además por haber manifestado, según papeles que leía mientras hablaba, que la Argentina «es una incógnita».

Aníbal Fernández aseguró que en 2006 Valenzuela participó de una conferencia en el Consejo Argentino de Relaciones Internacionales (CARI) en el que el funcionario de Obama «manifestó que en los Estados Unidos había preocupación por los destinos de la Argentina, que en el país no se habían consolidado las instituciones y que eso generó desconfianza para invertir porque se percibe cierta inseguridad jurídica».

Fernández lanzó las críticas más duras. «Todo esto lo dijo en en 2006. Es decir que forma parte de sus preconceptos y eso es lo preocupante. Parece que lo que busca, más que seguridad jurídica es seguridad de respuesta», disparó.

Incluso planteó que «si existiera el nivel de inseguridad jurídica» del que habló Valenzuela «hubiera sido imposible alcanzar el nivel de inversiones que se logró en los últimos años».

«Escuché preocupación por la inseguridad jurídica y el manejo económico. Y preocupaciones acerca de que, a menos que haya algunos cambios, no podrán realizarse las inversiones que ellos [los empresarios] planean», había dicho Valenzuela ayer en un encuentro con periodistas en la embajada de Estados Unidos.

La dura réplica de Fernández se sumó a las que ayer habían hecho el ministro del Interior, Florencio Randazzo, su par de Justicia, Julio Alak y la Cancillería argentina.

Esta mañana también el juez de la Corte Suprema, Carlos Fayt, había descalificado las advertencias del enviado de Washington. «No es cierto que haya inseguridad jurídica en el país», aseguró.

Honduras y Colombia

En un reportaje, el diario Página/12 le preguntó a Valenzuela por qué Estados Unidos no presionó lo suficiente para que el presidente legítimo de Honduras, Manuel Zelaya, fuera restituido. El “experto” en temas relacionados con el origen y la consolidación de la democracia contestó lo siguiente:

“No hay ningún país que haya hecho un esfuerzo más grande por la restitución de Zelaya. La elección de Honduras venía de antes. La apreciación de Estados Unidos era que esta salida electoral era parte del retorno a la democracia en Honduras. Pero era solamente una parte. Fuimos siempre consistentes: primero condenamos el golpe, luego acompañamos la voluntad unánime de la OEA de suspender a Honduras como miembro del sistema interamericano. Y después apoyamos la firma de la declaración de San José el 30 de octubre (para que se formara un gobierno de unidad nacional y que el Congreso votara la restitución o no de Zelaya).

–Pero el Congreso hondureño recién votó la “no” restitución tras los comicios.

–Avalamos la firma del acuerdo de San José y después aceptamos los comicios. A mí me detuvieron la nominación porque un senador no quería que fuera confirmado, quería que apoyáramos las elecciones sin condiciones (el senador era el republicano Jim DeMint). Eramos conscientes de que había violaciones a los derechos humanos, interferencia a la prensa y que algunos candidatos se retiraron, es decir que el contexto era de autoritarismo. Seguimos reconociendo a Zelaya como el presidente legítimo de Honduras hasta que no haya un traspaso de mando y la vuelta de Honduras a la OEA para ver que se cumplan hacia adelante los elementos que están en el acuerdo de San José.

Antes de llegar a Buenos Aires Valenzuela, quien se desempeñó como subsecretario adjunto en Asuntos Latinoamericanos durante la Administración Clinton, estuvo en Brasil, en una cita con el asesor de Lula en temas internacionales, Marco Aurelio Garcia. Allí quedaron evidenciadas las diferencias de Washington y Brasilia en torno de la situación en Honduras y la instalación de las siete bases norteamericanas en Colombia.

–¿No cree que el acuerdo militar con Colombia va en sentido contrario a un acercamiento con la región?

–Es un acuerdo bilateral de cooperación en seguridad. Tiene que ver con la cooperación que hemos establecido en la lucha contra el narcotráfico; no tiene un alcance extraterritorial.

Se le preguntó si habían quedado superadas las críticas que hiciera Obama a su par colombiano Uribe por la situación de los derechos humanos en Colombia. Valenzuela lo negó. “Nos preocupa el tema de los derechos humanos. Lo de los falsos positivos es algo muy serio. El Congreso norteamericano ha sido reticente en aprobar un tratado de libre comercio con Colombia por las preocupaciones que ha habido sobre la situación de los sindicalistas en ese país… Pero buscamos relaciones maduras, entre socios que se tienen confianza.”

En esta nueva era Valenzuela se muestra esperanzado. “Soy de los que ve para las Américas un momento promisorio.”

La “inseguridad jurídica” que quiere el Imperio y el cinismo de Valenzuela

Dura réplica del gobierno argentino al jefe de la diplomacia yanqui

Matriz del Sur

Una nueva réplica del Gobierno argentino hacia un funcionario norteamericano de “visita” en el país, estuvo a cargo del Jefe de Gabinete de Ministros, Aníbal Fernández, que cuestionó con dureza al jefe de la diplomacia estadounidense para América latina, Arturo Valenzuela.

El jefe de Gabinete acusó al enviado de Barack Obama de «haber sido crítico de muchas democracias latinoamericanas» y también lo describió como «uno de los promotores del Consenso de Washington».

Lo criticó además por haber manifestado, según papeles que leía mientras hablaba, que la Argentina «es una incógnita».

Aníbal Fernández aseguró que en 2006 Valenzuela participó de una conferencia en el Consejo Argentino de Relaciones Internacionales (CARI) en el que el funcionario de Obama «manifestó que en los Estados Unidos había preocupación por los destinos de la Argentina, que en el país no se habían consolidado las instituciones y que eso generó desconfianza para invertir porque se percibe cierta inseguridad jurídica».

Fernández lanzó las críticas más duras. «Todo esto lo dijo en en 2006. Es decir que forma parte de sus preconceptos y eso es lo preocupante. Parece que lo que busca, más que seguridad jurídica es seguridad de respuesta», disparó.

Incluso planteó que «si existiera el nivel de inseguridad jurídica» del que habló Valenzuela «hubiera sido imposible alcanzar el nivel de inversiones que se logró en los últimos años».

«Escuché preocupación por la inseguridad jurídica y el manejo económico. Y preocupaciones acerca de que, a menos que haya algunos cambios, no podrán realizarse las inversiones que ellos [los empresarios] planean», había dicho Valenzuela ayer en un encuentro con periodistas en la embajada de Estados Unidos.

La dura réplica de Fernández se sumó a las que ayer habían hecho el ministro del Interior, Florencio Randazzo, su par de Justicia, Julio Alak y la Cancillería argentina.

Esta mañana también el juez de la Corte Suprema, Carlos Fayt, había descalificado las advertencias del enviado de Washington. «No es cierto que haya inseguridad jurídica en el país», aseguró.

Honduras y Colombia

En un reportaje, el diario Página/12 le preguntó a Valenzuela por qué Estados Unidos no presionó lo suficiente para que el presidente legítimo de Honduras, Manuel Zelaya, fuera restituido. El “experto” en temas relacionados con el origen y la consolidación de la democracia contestó lo siguiente:

“No hay ningún país que haya hecho un esfuerzo más grande por la restitución de Zelaya. La elección de Honduras venía de antes. La apreciación de Estados Unidos era que esta salida electoral era parte del retorno a la democracia en Honduras. Pero era solamente una parte. Fuimos siempre consistentes: primero condenamos el golpe, luego acompañamos la voluntad unánime de la OEA de suspender a Honduras como miembro del sistema interamericano. Y después apoyamos la firma de la declaración de San José el 30 de octubre (para que se formara un gobierno de unidad nacional y que el Congreso votara la restitución o no de Zelaya).

–Pero el Congreso hondureño recién votó la “no” restitución tras los comicios.

–Avalamos la firma del acuerdo de San José y después aceptamos los comicios. A mí me detuvieron la nominación porque un senador no quería que fuera confirmado, quería que apoyáramos las elecciones sin condiciones (el senador era el republicano Jim DeMint). Eramos conscientes de que había violaciones a los derechos humanos, interferencia a la prensa y que algunos candidatos se retiraron, es decir que el contexto era de autoritarismo. Seguimos reconociendo a Zelaya como el presidente legítimo de Honduras hasta que no haya un traspaso de mando y la vuelta de Honduras a la OEA para ver que se cumplan hacia adelante los elementos que están en el acuerdo de San José.

Antes de llegar a Buenos Aires Valenzuela, quien se desempeñó como subsecretario adjunto en Asuntos Latinoamericanos durante la Administración Clinton, estuvo en Brasil, en una cita con el asesor de Lula en temas internacionales, Marco Aurelio Garcia. Allí quedaron evidenciadas las diferencias de Washington y Brasilia en torno de la situación en Honduras y la instalación de las siete bases norteamericanas en Colombia.

–¿No cree que el acuerdo militar con Colombia va en sentido contrario a un acercamiento con la región?

–Es un acuerdo bilateral de cooperación en seguridad. Tiene que ver con la cooperación que hemos establecido en la lucha contra el narcotráfico; no tiene un alcance extraterritorial.

Se le preguntó si habían quedado superadas las críticas que hiciera Obama a su par colombiano Uribe por la situación de los derechos humanos en Colombia. Valenzuela lo negó. “Nos preocupa el tema de los derechos humanos. Lo de los falsos positivos es algo muy serio. El Congreso norteamericano ha sido reticente en aprobar un tratado de libre comercio con Colombia por las preocupaciones que ha habido sobre la situación de los sindicalistas en ese país… Pero buscamos relaciones maduras, entre socios que se tienen confianza.”

En esta nueva era Valenzuela se muestra esperanzado. “Soy de los que ve para las Américas un momento promisorio.”