
Un portavoz del COL señaló al canal Libyan TV que los asaltantes viajaron en dos vehículos y se identificaron como miembros del Ejército cuando interceptaron el automóvil de Elalem, y lo obligaron a detenerse, instándolo «cortésmente» a que los acompañara.
El ministro libio de Juventud y Deportes, Fethi Tarbel, condenó el plagio y afirmó que «quienquiera que lo haya hecho son criminales».
Tarbel añadió que acciones de ese tipo, perpetradas con frecuencia por milicias de exinsurgentes, contradicen los alegados principios de democracia y libertad de quienes combatieron al gobierno de Muamar El Gadafi y asesinaron al exgobernante durante la guerra de 2011.
El llamado Consejo Nacional de Transición (CNT), que condujo el alzamiento contra El Gadafi con el apoyo militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, ha sido incapaz de establecer su autoridad en el vasto territorio libio donde son frecuentes los actos violentos.
Varios grupos de antiguos alzados se niegan a entregar las armas y a someterse al mandato del CNT, de ahí que impongan sus propias leyes en sus localidades de origen, arresten a personas y administren cárceles improvisadas en distintas regiones.
Un ejemplo de lo anterior es la denominada Brigada de Zintán, que desde noviembre de 2011 mantiene preso a Saif Al-Islam El Gadafi, hijo del exlíder libio, y se niega a entregarlo o someterlo a la justicia fuera de su jurisdicción, incluso en la Corte Penal Internacional.
La seguridad, el desarme de los exinsurgentes, la reconstrucción del país y la reactivación de la economía, figuran entre las prioridades del próximo gobierno que saldrá tras las elecciones del 7 de julio para el Congreso Nacional General (asamblea constituyente).
