El 14 de julio de 1789 miles de ciudadanos se lanzaron a las calles en el inicio de una de las gestas más destacadas de la historia moderna, la Revolución Francesa, cuyos efectos llegaron hasta los más apartados rincones del orbe.
El 14 de julio se comenzó a celebrar apenas un año después, en 1790, con la Fiesta de la Federación, creada para acelerar el proceso de unión de todos los franceses, y desde 1880 fue instituido como el Día Nacional del país galo.
Este sábado decenas de miles de parisinos y visitantes acudirán a observar la parada militar, la cual será abierta por el vuelo de unos 30 aviones pertenecientes a los cuerpos de observación, prevención y disuasión.
Luego marcharán representantes de las distintas armas de tierra, mar y aire, así como de las fuerzas de policía y del cuerpo de bomberos.
El desfile será clausurado por diversas unidades de helicópteros y una exhibición de paracaidismo.
Durante toda la tarde permanecerán abiertos al público los jardines del Palacio del Elíseo y por la noche habrá un espectáculo de fuegos artificiales al pie de la torre Eiffel.
Por su parte, el presidente François Hollande retomará el tradicional mensaje a toda la nación con motivo de la fiesta, que había sido suspendido por el ex mandatario Nicolás Sarkozy.
Los festejos se extenderán por todas las ciudades y poblados del país, donde se organizan bailes y comidas en los salones de las alcaldías.
En el exterior, la fecha es recordada como el inicio de una época de transformaciones, las cuales desembocaron en las luchas por la independencia de numerosas antiguas colonias que estaban bajo el yugo de las metrópolis europeas.