Los despliegues son parte de un esfuerzo largamente planeado para reforzar la presencia militar estadounidense en la región del Golfo, en parte y para reasegurarle a Israel que que en su trato con Irán, como un alto funcionario del gobierno lo dijo la semana pasada, «Cuando el presidente dice que hay otra opciones sobre la mesa más allá de las negociaciones, se sabe lo que eso significa. «
La Marina ha incrementado el número de dragaminas asignados a la región, a ocho buques, además, ha desplazado al Golfo su primera base de operaciones flotante, un transporte anfibio reconvertido y barco de atraque bautizado como Ponce. Su primera misión es servir como centro logístico para el eventual desminado, pero el Ponce dispone de quirófano, helipuerto y camarotes para tropas, lo que le permite albergar a fuerzas de operaciones especiales.
Aunque los navíos son la parte más visible, el despliegue incluye también un aumento de aviones de combate F-22 y F-15C en dos bases de la zona. Los nuevos aparatos refuerzan la capacidad de los ya desplegados contra las baterías de misiles que Irán ha instalado en sus costas y que podrían amenazar la navegación a través de Ormuz, además de poder alcanzar objetivos dentro de ese país, lo que los militares describen como una medida «puramente defensiva».
«El mensaje a Irán es: ‘Ni siquiera lo piensen», dijo un alto funcionario del Departamento de Defensa. «Ni se les ocurra pensar cerrar el estrecho. Vamos a despejar las minas. Ni se les ocurra enviar sus barcos rápidos a acosar a nuestros buques o embarcaciones comerciales. Los hundiremos en el fondo del golfo». Al igual que otros entrevistados, el funcionario habló a condición de anonimato debido a lo delicado de la situación diplomática y militar.
La tensión entre Irán y Occidente ha aumentado tras el fracaso de la última ronda de conversaciones nucleares y la entrada en vigor el pasado domingo del embargo de la UE al petróleo iraní.
Traducción: Aporrea.org
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