Zelaya fue derrocado el 28 de junio de 2009, tras ser acusado de traición a la patria por no cumplir con una orden del Tribunal Supremo de anular la votación de un referendo no vinculante sobre cambios en la Constitución.
Luego de su exilio en Costa Rica, la embajada de Brasil en Honduras y República Dominicana, el exmandatario regresó al año pasado a su país tras alcanzar un acuerdo político con el actual presidente, Porfirio Lobo.
En diálogo con BBC Brasil, Zelaya indicó que él y Lugo, quien fue destituido la semana pasada en un juicio político al que fue sometido en el Senado, salieron del poder «en un proceso con características diferentes, pero que seguían un mismo proceso estándar, el de atacar un gobierno democráticamente electo».
De Honduras a Paraguay
«Cuando un presidente es electo por un mandato de cuatro años por el pueblo, el pueblo es el único que puede destituirlo», subrayó.
«Se trata de un atentado que destruye la base jurídica del Estado. Normalmente, ese procedimiento se da a través de métodos violentos u opresivos», indicó.
«En mi caso tal vez la única diferencia haya sido que los militares me sacaron a punta de balas», agregó. «Sin embargo, de resto todo fue igual: la creación de una crisis, una formación de un proceso gestado en el Congreso Nacional y la interferencia de un poder sobre otro».
Zelaya también se identificó con la respuesta dada por Mercosur a la actual crisis paraguaya.
«Cuando los presidentes defienden a otros presidentes se defienden a sí mismos. Creo que es correcta la posición de los países del Mercosur, que están repudiando y condenando a Paraguay por la destitución forzada del presidente Lugo.
En campaña
Zelaya sigue dedicado a la política como coordinador del Partido Libertad y Refundación de Honduras (Libre) que surgió del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) fundado el mismo día de su derrocamiento.
Como precandidata presidencial del partido está la esposa de Zelaya, Xiomara Castro, quien aspira ser la triunfadora en los comicios generales de noviembre de 2013.
Está previsto que Castro lance su candidatura este fin de semana y el expresidente considera que representa la esperanza de «enderezar al país».
«La situación en Honduras empeoró después del golpe de Estado», subrayó. «Los derechos humanos no son respetados, la economía apunta hacia abajo, la pobreza aumentó y el paíse se convirtió, según datos públicos, en el más violento del mundo con una tasa de homicidios récord».