La decisión de enviar una delegación de la OEA a Paraguay fue tomada en una reunión extraordinaria del Consejo Permanente del organismo regional que tuvo lugar el pasado martes en Washington, motivada precisamente por la crisis política desatada en Asunción.
Insulza y Lomellin estarán en la nación suramericana hasta el próximo martes, tras lo cual presentarán un informe sobre lo observado.
Estados Unidos, uno de los pocos países que no condenó el golpe de Estado contra Lugo, manifestó a través de un comunicado emitido por su Embajada en Asunción que “no prejuzgaremos con nuestra evaluación los acontecimientos en Paraguay. Esperaremos la reunión informativa del secretario general al Consejo sobre la situación y responderemos de forma adecuada luego de conocer más sobre la situación”, citó el diario paraguayo ABC.
La posición de la OEA ante esta situación ha sido catalogada de “tibia” por el embajador de Venezuela ante el organismo, Roy Chaderton, por no expresar de manera enérgica su rechazo al irregular juicio político contra Lugo; y en comparación con las decisiones tomadas por el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que han condenado el accionar de los legisladores paraguayos y no han reconocido al gobierno de Federico Franco.