Autor: Clara Ugarte
El curso nacionalista revolucionario-antiimperialista encabezado por la compañera Presidenta Cristina Fernández avanza a paso acelerado hacia el Estado Revolucionario unido a la medida de crear una comisión para investigar a los patrones que colaboraron con el ejército en la represión como la denuncia contra el antiguo director de Marsans, la antigua Aerolíneas, privatizada por Menem y vendida al capital español. De enjuiciar y condenar a los militares de la dictadura se pasa a la etapa superior de enjuiciar el régimen que engendró la matanza: el capitalismo.
Esta medida es un golpe enorme a la gran burguesía, a la oligarquía argentina y al imperialismo: saldrán a la luz no sólo todos los asesinatos –incluidas comisiones internas o todos los obreros de fabricas con tradición peronista y de lucha anticapitalista- sino los negociados y manejos sucios de la patronal durante la dictadura militar, y fundamentalmente todo lo relacionado con la deuda externa. El proceso lleva a que se revean todas las privatizaciones de Menem que llevaron a una pérdida importante de la soberanía en áreas de interés y necesidad pública.
Es previsible que se adopten medidas de expropiación de las compañías relacionadas con los crímenes y la corrupción de la dictadura Otra conclusión que está en el proceso de apoyo de masas a la medida de expropiación del petróleo y el gas es la moratoria de la deuda externa, contraída a espaldas y bajo la sangre de los argentinos en beneficio de la burguesía mundial y los lacayos nacionales.
Este proceso conduce a la discusión y medidas en torno a la expropiación de la burguesía colaboradora con la dictadura y al no pago de la deuda externa contraída contra el pueblo argentino. Ya es una conmoción y apoyo en toda América Latina y el mundo.
Desde el primer día que Cristina anunció la expropiación del 51% de las acciones de la REPSOL-YPF los jóvenes, los obreros, estudiantes, parte fundamental del pueblo argentino llenó la Plaza de Mayo y acaban de realizar una concentración histórica en el estadio de Vélez Sarsfield con el apoyo del movimiento obrero, peronista, de las Agrupaciones juveniles como la “Cámpora”, “Evita” etc. y miles de jóvenes y mujeres peronistas y de otras filiaciones, algunas ecuménicas, de la CTA, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, e infinidad de organizaciones sociales y populares. Se vio la ausencia de la burocracia sindical que está siendo barrida por este proceso histórico.
Las entrevistas a la gente en las calles, de TV, radio, diarios reflejan el orgullo y la voluntad popular de respaldar sin dudas esta decisión del gobierno de Cristina que tiene todo el respaldo de los pueblos de América Latina, de los gobiernos y pueblos del ALBA y de UNASUR, como fue unánime el apoyo en la llamada ¨Cumbre de las Américas¨ al derecho soberano de Argentina sobre las Malvinas como la defensa de Cuba contra el bloqueo y exclusión imperialista ante el frente contra-revolucionario del imperialismo y el gobierno derechista de Canadá, los únicos que se opusieron a este frente de toda Latinoamérica. Lo que significó una aplastante derrota del capitalismo y del imperialismo.
Los hechos de Argentina son verdaderos enjuiciamientos al pasado, como hasta ahora no se hizo ningún país de América Latina, en los cuales a lo sumo fueron condenados algunos militares golpistas y torturadores, pero no se tocó el sistema capitalista que los engendró y fue protagonista criminal como los militares golpistas.
Argentina está en un momento trascendente, elevándose al juicio general e histórico a todo el capitalismo. Argentina está recuperando como lo previó J.Posadas las mejores tradiciones de la historia de lucha política del proletariado.
Se vuelve a plantear el rol de los sindicatos, la necesidad del Partido Obrero basado en los sindicatos que afirme este camino que tan dignamente lleva adelante Cristina con todo un equipo joven. Es fundamental el rol del proletariado argentino, el petrolero con gran tradición para llevar adelante el control obrero y la necesidad de la expropiación sin pago, ya que han lucrado en perjuicio del pueblo argentino, de todas las empresas de interés público en manos de grandes multinacionales imperialistas.
Este es el camino de toda América Latina, como lo muestra la reciente nacionalización de la Red Eléctrica en Bolivia por parte de Evo Morales y el equipo que junto a las masas bolivianas impulsa el Estado Revolucionario. Estos son los verdaderos y sólidos apoyos al Estado Revolucionario de la República Bolivariana de Venezuela, al rol revolucionario del presidente compañero Hugo Chávez, que hoy afronta la conjura contra-revolucionaria del imperialismo que ve que es imposible detener el próximo triunfo electoral y el proceso de acuerdos con China, Rusia, Irán y la simpatía y apoyo de los pueblos en lucha de América Latina, del ALBA, la UNASUR, la CELAC, los BRCS, de Europa, África, Asia y del heroico pueblo norteamericano, como los “Occupy” y otros. Los movimientos populares en grandes luchas de Grecia, España, Francia, Canadá y en movimientos de origen religioso y de DDHH, por la soberanía y la paz con dignidad y justicia social.
Hay por todo el mundo pronunciamientos de apoyo a la expropiación de la Repsol en Argentina y también de la nacionalización de la Red Eléctrica en Bolivia que estaba en manos de una multinacional española. Estos acontecimientos forman parte fundamental del curso de Frente Único Antiimperialista y anticapitalista mundial.