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4 de abril de 2012.- Dos días después de que los argentinos conmemoraran el trigésimo aniversario de la guerra por la soberanía de Malvinas, un buque de guerra británico zarpó este miércoles rumbo a las islas «para una misión rutinaria de patrullaje» de seis meses.

El envío del destructor HMS Dauntless fue anunciado a finales de enero por el Reino Unido y en respuesta la Cancillería argentina instó al gobierno británico a echar mano de la diplomacia con menos armas para resolver el conflito que los enfrenta desde 1982.

«Los organismos internacionales, así como los países democráticos, debemos trabajar a diario para evitar que los conflictos armados reemplacen a las negociaciones civilizadas para la resolución de conflictos», reza el comunicado de la cartera de Relaciones Exteriores argentina.

El lunes, desde Ushuaia, capital de Tierra del Fuego, la presidenta Cristina Fernández insistió en que el reclamo argentino no es más que «el diálogo entre ambos países para discutir la cuestión de soberanía, respetando el interés de los isleños» y aludió a la resolución 2065 de la Organización de las Naciones Unidas, aprobada en 1965, que invita al diálogo para resolver el litigio.

«Es una injusticia que en pleno siglo XXI todavía existan enclaves coloniales como el que tenemos aquí», subrayó Fernández para luego agregar: «Resulta absurdo pretender dominar más de 14 mil kilómetros de ultramar cuando claramente estas islas integran parte de nuestra plataforma marítima».