Autor:
El gobierno de los Estados Unidos no descarta aplicar la pena de muerte a los responsables de la matanza de 16 civiles en Kandahar, Afganistán, así lo ha expresado el secretario de Defensa de ese país, León Panetta.

Al mismo tiempo, el funcionario estadounidense intentó retratar el trágico suceso como un incidente aislado que no supondrá ningún escollo en los planes de retirada gradual de las tropas americanas de Afganistán para finales de 2014.

“La guerra es un infierno. Este tipo de incidentes seguirán en cualquier conflicto bélico. Ha sido horrible. Pero no ha sido el primer caso ni será el último”, declaró Panetta a los medios de comunicación durante un vuelo sobre Kyrgyzistán.

Sobre la investigación de la masacre que acabó con 16 afganos, entre ellos 9 niños, el responsable de Defensa indicó que todavía no están claros los motivos de la masacre y que el objetivo es depurar responsabilidades a través del sistema de justicia militar estadounidense.

En tanto, el soldado que ha sido detenido como presunto responsable de la matanza, cuyo nombre no se ha hecho público, volvió a la base operativa tras los hechos y confesó a sus superiores lo que había ocurrido, según Panetta.

Mientras la Administración Obama pide disculpas por lo sucedido e intenta separar los asesinatos del domingo de la operación de EE.UU. en Afganistán, las relaciones entre ambos países se han enrarecido y muchos afganos reclaman que termine la presencia militar de Occidente en la zona.