
Hay quienes aseguran que esos ‘ciberataques’ afectan más de lo que ayudan y son ilegales, los propios piratas informáticos sostienen que sacar la verdad a la luz no es delito. RT charló con un ‘anonymous’ para conocer la actitud de los hackers.
Pero la Interpol no comparte esta opinión y acusa a los hackers de ‘cibersabotajes’ contra instituciones públicas, piratería informática y también de publicar información confidencial. En EE. UU. incluso los pueden equiparar con terroristas. «El peligro del terrorismo cibernético puede superar al peligro del terrorismo convencional en un futuro ya previsible», dice el director de FBI, Robert Mueller.
Por un lado, «los Gobiernos tienen de su parte todos los recursos económicos, financieros y de información para combatir a los hackers», según Eladio José Armesto, vicedecano del Colegio de Periodistas Cubano-Americanos. Pero, Anonymous tiene ventajas porque no tienen jerarquías ni cabecillas, no tienen rostros, ni una agenda definida, ni tampoco sedes. Por eso, si la Policía arresta a algún ‘ciberpirata’, los demás no se sienten en peligro y solo planean más y más ataques porque se está atrapando solo a unas ‘células’ de toda una legión de hackers.
Pero tampoco todos los miembros de Anonymous fueron fieles a su filosofía altruista y empezaron a dar prioridad a sus intereses económicos, «generando una guerra entre los anonymous mismos», según un hacker independiente.
En estas condiciones, algunos gobiernos intentan combatir a Anonymous precisamente ‘a nivel celular’: pagan a sus infiltrados para propagar las disputas entre los hackers.
En cualquier caso, el combate entre las fuerzas de seguridad y los hackers enmascarados solo acaba de empezar y será largo porque Anonymous «no perdona, ni olvida».
