El documento fue suscrito por el ministro colombiano de Relaciones Exteriores, Jaime Bermúdez, y el embajador norteamericano en Bogotá, William Brownfield.
Bermúdez y Brownfield formalizaron el acuerdo en un acto privado en el Palacio de San Carlos, sede de la Cancillería de Colombia en el centro de Bogotá.
Mediante este convenio de cooperación, Colombia le permite a Estados Unidos, el uso a militares norteamericanos operar desde 7 bases aéreas y navales ubicadas en territorio nacional.
Gómez, quien se declaró «satisfecho» con las explicaciones del Ejecutivo, dijo que el texto no pasará por el Legislativo dado que «no es un tratado internacional sino un acuerdo simplificado», es decir, desarrolla «obligaciones contenidas en tratados y convenios bilaterales y multilaterales, suscritos previamente por Colombia».
Según el presidente de la Cámara, quien leyó un comunicado que resumía las razones del Gobierno, «el acuerdo no implica el tránsito de tropas» extranjeras por territorio nacional, uno de los argumentos que esgrimieron congresistas de oposición como Cecilia López (liberal) para pedir que se le dejara al Congreso revisar el convenio.
Congreso de E.U. sí lo revisará
El diplomático también reiteró que «ninguna acción contemplada en este acuerdo puede afectar la soberanía de otro país».
El embajador de E.U. se refirió al tema de la inmunidad de la cual gozaría el personal estadounidense que opere en Colombia, uno de los aspectos más polémicos del acuerdo.
Aseguró que «se trata de inmunidad, no de impunidad» y recordó que en los diez años que lleva la «ayuda basada en el llamado Plan Colombia», han pasado por el país «alrededor de 10 mil militares de E.U.» y un número similar de contratistas. Sin embargo, recordó que en ese período han tenido lugar «seis casos que sugieren delitos por parte de militares de E.U., que afectaban un total de 10 personas».
Brownfield habló del tema al término de una reunión con Julio Roberto Gómez, presidente de la Central General del Trabajo (CGT), en la sede de esa organización.
Gómez también se refirió al acuerdo. Aseguró que no está de acuerdo con que este se firme pues, «se ha convertido en un pretexto para que los países vecinos entren en una carrera armamentista absurda, cuando los problemas fundamentales de la población no están resueltos en ninguna de esas naciones».