Autor: Telesur

 

El secretario de Estado británico de Universidades y Ciencia, David Willets, partió este jueves rumbo a las islas Malvinas a fin de reunirse con los militares de su país en la base de Mount Pleasant de ese archipiélago y continuar un viaje hacia la Antártida.

La visita de Willets se da en medio de una ambiente de creciente tensión entre los Gobiernos de Gran Bretaña y Argentina que mantienen una disputa por la soberanía de las islas.

Una vez en Malvinas, el secretario de Estado británico se reunirá con el gobernador de las islas, Nigel Haywood, para abordar temas de educación, según difundió el periódico londinense The Times.

 

Posteriormente, Willets, se dirigirá a la Antártida con el fin de evaluar los alcances del presupuesto destinado a investigación que realiza Gran Bretaña en ese continente. Londres instaló una base científica en esa zona del mundo.

Previo a su viaje, el funcionario inglés declaró al diario The Times que el país «defenderá el derecho de sus habitantes de las Malvinas a decidir su futuro».

La presencia de Willets, corre el riesgo de incrementar la tensión sobre Buenos Aires luego de que también el Ministerio de Defensa británico anunciara el envío del buque destructor HMS Dauntless al archipiélago austral. Además, a comienzos de febrero el príncipe Guillermo de Inglaterra llegó a las Malvinas para «completar su formación militar durante seis semanas».

Argentina calificó la presencia del Príncipe como un acto de provocación en medio de una disputa internacional que sostienen ambos países luego de la guerra del 2 de abril de 1982, que duró 74 días. La guerra culminó el 14 de junio con un balance de 649 argentinos y 255 británicos muertos.

El pasado viernes, la nación suramericana, que reclama la soberanía de las islas desde 1833 tras la ocupación británica, presentó una queja formal ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por considerar que Gran Bretaña militariza el Atlántico Sur con el envío de ese barco militar.

El canciller argentino, Héctor Timerman, informó sobre «la violación del Reino Unido de las cerca de 40 resoluciones de las Naciones Unidas, que convocan al diálogo entre dicho país y la Argentina para resolver pacíficamente el conflicto iniciado en 1833 con la invasión militar de las islas Malvinas», según un comunicado emitido por su oficina.