“Un grupo de terroristas armados”, según los calificó la agencia siria estatal de noticias, Sana, atentó contra un gasoducto en las cercanías de la frontera con el Líbano, en la provincia de Homs. La explosión causó la fuga de unos 460.000 metros cúbicos de gas, según se informa por el momento.
No es la primera vez que esta tubería sufre un ataque. A principios de este mes, tuvo lugar otro atentado contra el gasoducto, calificado por las autoridades de ‘terrorista’. Sin embargo, en aquella ocasión no provocó un daño significativo.
La situación en Siria viene exacerbándose desde marzo pasado, cuando estallaron las primeras protestas antigubernamentales. Países occidentales acusan al régimen sirio de reprimir a los manifestantes que demandan reformas democráticas y la dimisión del presidente Bashar al Assad.
Por su parte, la prensa occidental arreció su campaña mediática contra el gobierno de Bashar Al Assad, reforzando las etiquetas de “guerra civil” y “masacres” para referirse a los enfrentamientos que tienen lugar entre fuerzas leales y adversarias al Presidente. El diario español ABC titulaba ayer “Rebelión a las puertas de Damasco”, subrayando que en Túnez, Egipto y Libia el control de la capital había sido clave para el “derrocamiento de la Revolución”. El Mundo, por su parte, aseguraba que las fuerzas de Bashar Al Assad bombardeaban los alrededores de la capital, pero nada decía de las agresiones armadas de fuerzas de la oposición.
Las autoridades sirias han asegurado que a la oposición la representan varios grupos insurgentes que reciben armas y recursos desde el extranjero y que una gran parte de ellos son terroristas, responsables de los numerosos atentados que desde finales de diciembre sacuden al país.
(con información de Russia Today, ABC y El Mundo)