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El 30 de diciembre de 1936 –hace 75 años– cientos de trabajadores de las fábricas General Motors en Flint, Michigan, tomaron las instalaciones y las ocuparon durante 44 días. Mi tío era uno de ellos.

Los trabajadores no podían seguir aguantando más tiempo los abusos de la corporación. Sus condiciones laborales, sus sueldos miserables, la falta de vacaciones, de seguros de salud, las horas extra, se trataba de obedecer sin chistar o sufrir las consecuencias.

De modo que un día antes de fin de años, envalentonados con la reciente reelección de Franklin Roosevelt se instalaron en la fábrica y rehusaron salir.

Comenzaron la ocupación en un mortal invierno. GM cortó la calefacción y el agua de los edificios. La policía trató varias veces de intervenir pero fue en vano. Hasta llamaron a la guardia nacional.

Pero los trabajadores se mantuvieron en su lugar y 44 días más tarde, la corporación cedió y reconoció a la UAW (United Auto Workers, N. de T.) como representante de los trabajadores. Fue un extraordinario momento histórico y ninguna otra compañía de esa magnitud ha sido jamás puesta de rodillas por sus empleados. A los trabajadores se les aumentó a un dólar la hora y como un reguero de pólvora se realizaron muchas huelgas y ocupaciones exitosas por todo el país. Finalmente la clase trabajadora logró hacer otras cosas como comprar su propia casa, mandar los chicos al colegio, tener tiempo libre y acudir al médico sin preocuparse del pago. La clase media nació en Flint en aquel día de 1936.

Pero 75 años después, los patronos y las élites han recuperado todo el poder y todo el control. Pienso que no podemos hacerles mejor homenaje a aquellos ocupantes que participar en masa en el movimiento Ocupa Wall Street en cualquiera de las formas que tome en cada una de nuestras ciudades. Usted puede iniciar en su barrio, en su escuela o entre sus amigos su propio grupo Ocupa. Hable de la injusticia económica en cada oportunidad que se le presente. Paren a los bancos que desahucian a las familias. Trasladen sus cuentas bancarias y sus tarjetas de crédito a bancos comunitarios o a cajas de crédito sindicales. Ponga un letrero en su jardín -y trate de que también lo hagan sus vecinos- que diga “Somos el 99%” (pueden bajar estos letreros de varios lugares).

Haga algo, cualquier cosa, pero no se quede callado. No ahora. Este es el momento. No volverá a repetirse.

Hace hoy 75 años, la gente dijo en Flint, Michigan, que ya era bastante y las personas ocuparon las fábricas hasta que ganaron. ¿Qué nos detiene ahora? Los ricos tienen un plan: chuparnos la sangre a todos. ¿Puede ser alguien conscientemente indiferente ante esta situación?

Mi tío no lo fue y debido a lo que él y otros hicieron yo crecí sin preocuparme de tener un techo, pagar las facturas médicas o vivir con dignidad. Y tuve todo eso gracias a mi padre que fabricaba bujías en la línea de ensamblaje de GM.

Tratemos de duplicar nuestros esfuerzos para generar un buen escándalo. Ocupen todo y sean creativos mientras lanzamos el mayor ataque no violento a este sistema de avaricia. Hagamos que los políticos que aspiran a la reelección en 2012 tiemblen de pavor si se niegan a obligar a los ricos a pagar impuestos, a regular a Wall Street o cualquier otra cosa que el pueblo les mande hacer

¡Feliz 75 aniversario!

http://www.youtube.com/watch?v=h8x1_q9wg58