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Actualmente Puerto Rico es un estado libre asociado de EEUU, y esta consulta sería la cuarta por la que pasa el pueblo puertorriqueño para decidir sobre su estatus político respecto de Norteamérica.
Las tres fórmulas políticas por la que deberán decidirse son: la estadidad, lo que supondría integrar al país a EEUU como un estado más; la independencia o mantenerse como Estado libre asociado.
La iniciativa surgió a partir de una propuesta del actual gobernador Luis Fortuño. Estaba pensada para ser realizada un mes antes de las elecciones, pero finalmente se modificó para esa fecha en la que se realizan las elecciones generales en Estados Unidos, por lo que conicidirá con la elección de gobernador en Puerto Rico.
“Esta consulta en particular es una locura, no tiene ningún sentido, es meramente un ejercicio por parte del grupo del gobernador, en tratar de salvar su imagen política para las próximas elecciones”, afirmó Luis Pabón Roca, abogado puertorriqueño y analista político.
“Los que defienden al gobernador -continuó Pabón- están usando esto como estrategia para evitar el ausentismo electoral. En Puerto Rico la participación es alta, pero la preocupación que tiene el gobierno es que su propio partido, al estar desafecto del gobernador, no vaya a votar”.
Pabón asegura que el gobernador Fotuño está enfrentando un momento difícil y pretende usar la consulta para desviar la problemática central. “La situación en Puerto Rico es muy crítica – afirmó – el problema económico, que no es solo en Puerto Rico, pero ciertamente está afectando mucho al área de la salud y la educación. La situación para esta administración es un desastre y se perfila una derrota electoral para el año que viene, porque Fortuño está queriendo movilizar a la gente a través de un problema que no tiene que ver con quien administre el país, sino con su estatus político en relación con EEUU”.
El problema de la relación política entre Puerto Rico y EEUU excede los 100 años. Durante las reiteradas consultas, permanecer como estado asociado es lo que prevaleció.
Esta vez el referendum constará de dos preguntas, en la primera se consultará si el elector está de acuerdo con el estatus actual o no. “Ahí hay una pelea sobre el lenguaje que se use. Puedes decir sí o no, en teoría si dices sí no debes decir nada más, porque estarías manifestando que estás de acuerdo con lo que hay. Pero si dices no hay una segunda pregunta que te da a escoger entre la estatidad, sin definición; el estado soberano, sin definición y la independencia, sin definición. Lo que vamos a ver y estamos prediciendo es que aquí mucha gente va a votar dos veces donde no puede, eligiendo a la misma vez por la estatidad o la independencia o lo que ellos crean que a largo plazo les conviene”, explicó Pabón.
La reacción de los distintos partidos puertorriqueños fue diversa. Los diputados del Partido Nuevo Progresista, al cual pertenece el gobernador Fortuño, se han manifestado a favor, aunque muchos no están conformes como se llevará acabo.
El Partido Independentista Puertorriqueño apoya la realización del referendum, apostando a que el resultado polarice la lucha por la verdadera independencia.
Tradicionalmente los grupos independentistas más radicales se oponen a este tipo de consulta, ya que desvía la atención al verdadero problema de la independencia y lo minimiza solamente a una cuestión de consulta popular.
Lo que aún no queda claro es el grado de legitimidad con que contará el plebiscito. El congreso de Washington ha manifestado que no reconoce esta consulta, sin embargo el Grupo de Trabajo de la Casa Blanca sobre Puerto Rico dio el pasado marzo su apoyo a que la isla decida en las urnas antes de finales de 2012 sobre su relación política con Estados Unidos.
Puerto Rico es territorio estadounidense desde finales del siglo XIX. Los últimos 50 años ha sido un Estado Libre Asociado, recibe fondos del Gobierno federal pero no paga impuestos federales. Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses desde 1917, cuando el Congreso de Estados Unidos aprobó la Ley Jones.