Lideraba una de las delegaciones la exprimera dama Lee Hee-ho, viuda del expresidente surcoreano y Premio Nobel de la Paz Kim Dae-jung, y la presidenta del grupo Hyundai, Hyun Jeong-eun, estaba al frente de la segunda.
Las dos mujeres, que partieron de Seúl vestidas de luto entre una gran atención mediática, representan los canales político y económico abiertos por las Coreas a principios de la pasada década, en una época marcada por la distensión.
El primero fue artífice de la política conciliadora de los «rayos de sol» que se tradujo, en 2000, en la histórica cumbre entre líderes de ambas Coreas, mientras que el segundo promovió importantes proyectos económicos intercoreanos.
Además de las dos mujeres, a Corea del Norte también ha logrado llegar un activista surcoreano residente en Francia, de nombre Hwang Hye-ro, que el sábado cruzó sin permiso la frontera norcoreana desde China a pesar de la prohibición de Seúl, informó hoy la agencia surcoreana Yonhap.
La Fiscalía surcoreana abrió hoy una causa penal contra Hwang, que si regresa a Corea del Sur será procesado por violar la Ley de Seguridad Nacional al realizar actividades que simpatizan con el gobierno de Corea del Norte.
Mientras, Corea del Norte continúa con los preparativos del funeral, que tendrá lugar el próximo miércoles y seguirá las pautas del organizado en 1994 para su padre y fundador del país, Kim Il-sung, aunque en aquella ocasión ninguna comitiva surcoreana pública o privada cruzó la frontera.
El miércoles habrá una ceremonia de despedida en Pyongyang, según la agencia estatal KCNA, mientras el jueves se organizará un acto de homenaje en todo el país, que incluirá disparos de duelo sincronizados en Pyongyang y todas las capitales de provincia.
Seguirán a los disparos tres minutos de silencio, tras los cuales todos los trenes y barcos harán sonar sus bocinas al unísono.
La afirmación del medio estatal norcoreano confirma que imponer la unidad sigue siendo la estrategia de supervivencia del régimen, que no se puede permitir fracturas en el incierto período de transición que sigue a 17 años de poder absoluto de Kim Jong-il.