
La serie de ataques coordinados se producen días después de la partida de las fuerzas estadounidenses y en medio de una grave crisis en el gobierno entre el principal gobernante chií y los líderes políticos suní que ha provocado tensiones sectarias, informó AP.
Nadie se adjudicó la responsabilidad de inmediato. Pero los atentados tienen todas las señales de haber sido cometidos por insurgentes suní de al-Qaida. Al parecer la mayor parte de la violencia golpeó a los barrios chií de la capital, aunque algunas áreas suní también fueron blanco.
En total, 11 vecindarios fueron golpeados por explosivos pegados a vehículos hasta bombas colocadas en caminos y automóviles cargados con explosivos.
El ataque más letal ocurrió en el vecindario Karrada, donde un atacante suicida que conducía un vehículo cargado de explosivos se hizo volar frente a las oficinas de la agencia gubernamental que combate la corrupción.
Dos policías en el lugar dijeron que el atacante conducía una ambulancia y le dijo a los guardias que necesitaba llegar a un hospital cercano. Después de que los vigilantes le permitieron pasar, condujo hasta el edificio y allí se hizo detonar, señalaron las autoridades.
Al menos 25 personas murieron y 62 quedaron heridas en el ataque, informaron funcionarios, los cuales hablaron a condición de guardar el anonimato porque no están autorizados a hablar con los medios de comunicación.
Las cifras reunidas por autoridades de salud y policiales en toda la ciudad estimaron que la cifra de muertos era de 60 y 160 heridos. El portavoz del ministerio de Salud iraquí dijo que habían fallecido 57 y al menos 176 están lesionadas. Es común que haya cantidades contradictorias tras este tipo de atentados tan extensos.
Las detonaciones constituyen el brote de peor violencia que azota al país desde que se suscitó una crisis política entre las facciones suní y chií de Irak esta semana. La rencilla política, que pone al primer ministro chií contra el líder político de más alto rango que es suní, ha incrementado los temores de que las heridas sectarias podrían abrirse nuevamente.
«Mi bebé estaba dormida en su cama. Los vidrios rotos cayeron sobre nuestras cabezas. Su padre la cargó y se la llevó. Ahora está temerosa en el otro cuarto», dijo una mujer que se identificó sólo como Um Hanin. «odos los países están estables. ¿Por qué no tenemos seguridad y estabilidad?
Aunque Bagdad e Irak son lugares más seguros en años recientes, aún ocurren a menudo explosiones como las del jueves.
La disputa entre el primer ministro Nuri al-Maliki y el vicepresidente suní Tariq al-Hashemi ha sumido a Irak en la peor crisis política en años.
El gobierno de Al-Maliki ha acusado a al-Hashemi de dirigir un escuadrón de la muerte contra funcionarios. El primer ministro también está presionando por un voto de remoción contra otro político suní, el viceprimer ministro Sale al-Mutlaq.
