El contenido de la misiva del BCE fue desvelado por el presidente electo del Gobierno, Mariano Rajoy, en su reunión con la patronal y los sindicatos el pasado jueves para discutir posibles aspectos de la futura reforma laboral, según informaron fuentes conocedoras del encuentro.
La propuesta aboga por implantar en España la fórmula de los conocidos como ‘minijobs’ (mini-empleos) que se crearon en Alemania en 2003. Consisten en contratos con un sueldo máximo de 400 euros mensuales para empleos de “escasa consideración” en los que el trabajador no paga impuestos y abona las cotizaciones sociales de forma voluntaria.
El líder conservador aseguró haber conocido el documento por fuentes distintas al Ejecutivo socialista en funciones, y transmitió su intención de utilizarlo como su hoja de ruta en su gestión, con el objetivo de entrar en el grupo de cabeza del euro.
Las medidas empezaron a aplicarse con la reforma de la Constitución para limitar el déficit pactada entre el PSOE y el PP, cuyo desarrollo legislativo será una de las primeras normas que aprobará el Gobierno de Rajoy cuando se constituya a finales de este mes.
De cara a la reforma laboral, el PP siempre se ha mostrado partidario de ligar salarios y productividad, una de las principales fuentes de disensión entre patronal y sindicatos, dentro de su apuesta por la ‘flexibilidad’ de la negociación colectiva, para lo que además considera necesario priorizar los convenios empresariales sobre los sectoriales.
Asimismo, los conservadores ya han anunciado su intención de simplificar la tipología de contratos laborales. En este sentido, son partidarios de estimular el uso del contrato a tiempo parcial, el del fomento del empleo de indemnización de 33 días y de crear una nueva modalidad en el que la compensación por extinción de contrato sea creciente, hasta los 20 días, en función de la antigüedad.