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Atilio Borón transita ese movimiento imperenne de la política internacional que condiciona y rige las vidas de los más de 900 millones de habitantes del suelo americano. De sur o norte, de norte a sur, ofrece sus análisis sobre el bloqueo informático a Cuba y las implicancias del rol de Argentina en la relación Chavez – Obama, “Brasil ya no es el mismo sin Lula”, mientras espera una buena reacción de Evo tras cometer “tres errores garrafales”.
“Esta crisis no es producto de un accidente, sino de la estructura”, se posiciona Atilio Borón, politólogo y sociólogo, autor de Socialismo Siglo XXI ¿Hay vida después del Neoliberalismo? y Imperio & Imperialismo, crítica radical a Hardt y Negri (se puede descargar gratis), entre otros. Desde su silla delante de la foto con Fidel Castro, reivindica al Che Guevara, a José Martí, cita a José Carlos Mariátegui, apoya a Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales. Desde su pequeño habitáculo en el quinto piso del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, donde funciona el Programa Latinoamericano de Educación a Distancia que él dirige, pone jazz y da la batalla de ideas.

-El 28 de octubre publicó en su blog el artículo ¿Qué quiere Obama?, en el que conjeturó sobre la reunión que pidió el presidente estadounidense con su par argentina Cristina Fernández de Kirchner. ¿Qué quiso Barack Obama?

-En realidad no sabemos lo que se habló ahí más que por lo que dijo la prensa de las presidencias. Está claro que no dicen todo lo que se comentó. Yo creo que la lógica de todo esto tiene base en una operación internacional que no podemos perder de vista: pretende satanizar al gobierno de Hugo Chávez y al gobierno de Irán. Estados Unidos está preparando el clima para eso. Obama sabe muy bien que Cristina es una aliada clave de Chávez, por lo tanto, lo que debe haberse planteado ahí era la advertencia de que sería importante que Argentina moderara sus vínculos con Irán, acusado de fomentar el terrorismo. Estoy seguro que eso se dijo. No sabemos qué habrá respondido la Presidenta. No creo que un presidente estadounidense en un contexto como el de hoy, con el país lanzado a una aventura militar en los cuatro continentes haya soslayado un tema tan fundamental. A nadie del staff que rodea a Obama se le escapa que el vínculo más fuerte de Venezuela en Sudamérica es Argentina. No es tan fuerte con Brasil. Ellos quieren debilitar esa relación.

-El bloqueo a Cuba ¿qué implica en cuanto a lo informático?

-Cuba tenía acceso a Internet, pero necesitaba el caño submarino para que fuera de alta velocidad. A causa del bloqueo, Cuba no tiene ese acceso. Los países (República Dominicana, Jamaica) que se lo ofrecieron fueron sancionados por Estados Unidos: “si continúan ayudando, les vamos a cortar el acceso a nuestros mercados, no vamos a dejar que entren los inmigrantes, etcétera”. Chávez les ha tirado un caño de 1300 kilómetros. Vamos a ver cuándo va a funcionar. Eventualmente Cuba va a poder acceder a la era digital plenamente.

-Sin embargo le critican el corto acceso a la información.

-No le dan la posibilidad de permitirlo. Desde Cuba hasta Estados Unidos hay unas 100 millas. Se podría haber solucionado mucho más fácil. Hay que entender que Cuba está en guerra: lo bloquean, amenazan, sabotean (con muertos incluidos). Cuando japoneses en la Segunda Guerra Mundial entraron en California, Estados Unidos los metió en un campo de concentración. Cuando un país es objeto de un ataque, existe un recorte de las libertades públicas. Se puede resolver levantando el bloqueo y dejando de atacar a Cuba. La Central de Inteligencia Americana reconoció los más de 600 atentados para acabar con la vida de Fidel Castro. No le pueden pedir a Cuba que despliegue todas las libertades públicas. Un cubano tiene más libertad que gente de cualquier otro país de América Latina: saben que no se van a morir por falta de atención médica, que es gratuito el acceso a la mejor educación posible. El estadounidense no tiene esa libertad. Si no tiene dinero, no puede estudiar y difícilmente consiga becas, salvo condiciones excepcionales.

-En ese marco, durante la reunión del G-20, Cristina habló de formar un “capitalismo en serio” en vez del actual, al que llamó “capitalismo anarco financiero”. ¿Cómo se conjuga eso con el pregonado socialismo del siglo XXI bolivariano?

-Yo creo que hay un error de base en ese discurso. El capitalismo explota, corrompe y destruye el medioambiente. Éste es el capitalismo en serio. Lo otro era un sistema mediatizado por la presencia de la Unión Soviética hasta 1991, por la existencia de poderosos grupos de izquierda y poderosos sindicatos surgidos en la Segunda Guerra Mundial. Como eso se debilitó, sobre todo en los países industrializados, el capitalismo demostró lo que es. El error de Cristina es pensar que esta crisis pasa porque esto es un capitalismo no serio. El serio oprime, depreda, explota a la sociedad y al medioambiente.

-Mientras tanto, en Sudamérica se forma el Banco del Sur y la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). ¿Qué rol juegan?

-Son iniciativas muy importantes que realmente demuestran que se pueden organizar las relaciones económicas internacionales de forma diferente a las que impone la globalización neoliberal. Lamentablemente, no todos los países tienen la misma madurez política. Si bien Argentina, por ejemplo, adhiere al Banco del Sur, se demoró cuatro años. Se estableció un día antes de que Cristina asumiera en 2007. Recién hace pocas semanas fue ratificado por el Congreso. Argentina perdió cuatro años en eso. El Banco, UNASUR y también el ALBA son claves a las que podemos apelar en el contexto de esta crisis, así como lo hicieron países desarrollados que fueron conscientes de eso y se unificaron y coordinaron sus esfuerzos. Nosotros tenemos que hacer lo mismo con nuestra perspectiva.

-Usted afirma que Venezuela tiene un papel importantísimo en esas iniciativas. ¿Qué se juega, entonces, en las elecciones de 2012?

-Las últimas encuestas le dan a Chávez 35 puntos de ventaja, como a Cristina acá. Se juega muchísimo en estas elecciones. Las va a ganar, pero ése no es el fin de la historia. El plan que ya tiene la derecha venezolana y la embajada norteamericana es el desconocimiento del resultado electoral para generar una situación tipo Libia, alentando el separatismo de Zulia, la región que históricamente se quiso escindir. Hace un mes, la prensa decía que cualquiera fuera el resultado iba a ser un fraude porque el padrón no fue depurado, pero es mentira. Fue recontra examinado tanto por el partido de gobierno, opositores y veedores internacionales. Estados Unidos quiere sacárselo de encima y la fecha límite es 2012. Confían en el cáncer de Chávez. Si no funciona, en la derrota electoral, que hoy no se vislumbra. Si no, en una rebelión post-desconocimiento de las elecciones y generación de un gobierno provisional en Zulia con un rápido apoyo de la Organización de Estados Americanos. Chávez y la Revolución bolivariana son fundamentales porque son los que disponen los recursos para sostener en los hechos una política antiimperialista en América Latina.

-¿Hay derecha dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela, por el que se presenta Chávez?

-Hay un sector burocratizado y oportunista que se aprovecha de bolsones de corrupción que todavía existen, con larga data y contra los cuales es muy difícil luchar. Es uno de los grandes obstáculos del gobierno.

-Quienes apoyan la adhesión al ALBA de Argentina dicen que si Venezuela es la pata política y Cuba la ideológica, Bolivia es la social. Recientemente hubo marchas contra Evo Morales por el proyecto de autopista que iba a atravesar un parque nacional.

-Ha sido un año muy complicado para Evo Morales. Hubo también un aumento del precio de la gasolina, que no fue bien explicado a la población. Se anunció y provocó una reacción en cadena que el gobierno no supo controlar. El segundo error fue la autopista. El tercero, la elección de miembros del poder judicial, que es un elemento democrático muy importante que ellos tienen y Argentina no. Acá el Poder Judicial lo maneja el gobierno en el Consejo de la Magistratura y la oposición en el Congreso. En Bolivia hay una elección popular. Morales exageró la importancia que la población le daba a eso y el apoyo que sumaría. Fueron tres errores garrafales, pero yo confío en que va a poder recuperar el control de la situación tomando la iniciativa en un contexto muy preocupante a nivel internacional y en donde uno de los dos países más importantes del continente, Brasil, se encuentra en una situación que no es la de antes.

-Usted planteó que Venezuela hace concesiones para llevar sus ideas políticas adelante, como venderle petróleo barato a Bolivia y al Caribe, y Brasil, en cambio, no hizo ninguna.

-Brasil no está como hace dos años atrás y Dilma Roussef no es Lula. Si bien el expresidente le daba un apoyo condicionado porque exigía a cambio ventajas para las transnacionales brasileras, ahora se tornó aún más cuesta arriba. Confío en la reacción de Evo por su enorme sensibilidad popular y porque sabe qué hay que hacer, pese a la oposición durísima incluso de la izquierda. Ver: ¡Infamias y racismo en una crítica en contra de Evo!

-Usted declaró: “Es muy difícil gobernar bien si se encuentra permanentemente con la hostilidad del Imperio que le ata las manos y se termina en golpes o grandes movilizaciones que terminan en matanzas” ¿Es genuina la reacción popular o hay, también, entrometidas de la Central de Inteligencia Americana en las ONGs que marcharon?

-La CIA no puede inventar lo que no existe. Si hay una protesta popular contra Evo, algo genuino hay. La CIA lo agiganta y direcciona. Que está metida, está metida, y bajo la máscara de las ONG.

-Mientras tanto en Estados Unidos y Europa están los indignados protestando contra los gobiernos y los mercados por la crisis.

-El de los indignados es un movimiento muy positivo. Necesitamos ser pacientes con ellos. Les falta tener una conciencia más clara de los problemas que enfrentan. Esta crisis no es producto de un accidente, sino de la estructura. Les hace falta mayor organización. Están en un planteo a mi juicio demasiado inocente de pensar que sin organización están suficientemente bien. Tienen que organizarse porque si no van a ser aplastados. En función de eso, deben resolver en la práctica una estrategia adecuada. Toni Negri no cree que sea necesario, plantea que simplemente hablar de táctica y estrategia es hablar de un mundo ya superado. Ahí comete un error, la derecha no tiene a nadie que diga esas tonterías. Son muy serios y profesionales, por eso nos dominan. A ninguno de ellos se les ocurriría pronunciar esas palabras.

Fuente: http://www.nosdigital.com.ar/2011/12/paseo-de-realidad-politica-americana/