El conflicto en Somalia forma parte de una campaña militar llevada a cabo por el Pentágono y la OTAN para apropiarse de amplias partes de África que tienen un valor estratégico para Estados Unidos y Europa.
Las intervenciones militares americanas y francesas en África ocasionan gran cantidad de muertos en Somalia. A pesar de los desmentidos de Washington, el pueblo de este país sufre las consecuencias de una guerra imperialista de más.
Tropas kenianas han atravesado la frontera al sur de Somalia con el fin de eliminar las bases del movimiento de resistencia islámico Al-Shabaab que controla amplias zonas de este país del Cuerno de África.
El portavoz del ejército francés, el coronel Thierry Burkhard, confirmó ayer que París enviaba equipamientos para reforzar a los soldados de Kenia. Francia ha intervenido a lo largo de estos últimos meses para derribar al gobierno de Costa de Marfil, para cambiar el régimen en Libia y para combatir la piratería en el Golfo de Guinea frente a la costa de África Occidental.
El conflicto en Somalia forma parte de una campaña militar llevada a cabo por el Pentágono y la OTAN para apropiarse de amplias partes de África que tienen un valor estratégico para Estados Unidos y Europa. La Casa Blanca justificó la agresión calificando a Al-Shabaab «de organización terrorista» afiliada a Al-Qaeda. Dos administraciones estadounidenses armaron y financiaron la llamada Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISON) que tiene 9.000 soldados en Mogadiscio para proteger un régimen apoyado por Washington.
Los drones estadounidenses masacran a civiles somalíes
Los ataques diarios de los drones en Somalia habrían causado la muerte de centenares de civiles durante las últimas semanas según los informes. Según TV Prensa, 79 personas fueron asesinadas por los drones al sur de Somalia, lo que eleva el números de muertos a 146 estos dos últimos días. El ejército estadounidense lanzó, el 11 de noviembre, ataques terroristas con los drones sobre la ciudad de Bilis Qooqaani que se sitúa al sur occidental de Mogadiscio, la capital de Somalia.
Además, ese mismo día, un helicóptero del ejército francés se estrelló al sur de la ciudad portuaria de Kismayo matando a 9 personas. El helicóptero militar que se estrelló proporcionaba cobertura a las tropas kenianas que atacaban las bases de Al-Shabaab en el sector.
Los ataques cada vez más numerosos a Somalia son la consecuencia directa del despliegue estadounidense de personal y de armas en el Cuerno de África, África Septentrional y la Península Arábiga. Los drones atacan igualmente al menos a cinco otros países de la región.
Según el Washington Post del 27 de octubre, Estados Unidos enviaron secretamente drones Reaper a partir del alejado aeropuerto civil de Arba Minch al sur de Etiopía, cuya reparación costó millones de dólares. Los Reapers comenzaron sus misiones en Somalia hace ya algunos meses. El Pentágono ha negado que los drones estén armados y ha afirmado que solamente se utilizaban para la vigilancia, pero el artículo del Washington Post añade que estos aviones sin pilotos pueden equiparse de misiles Hellfire y de bombas guiadas por satélite.
A pesar de las masacres cometidas por Washington en Somalia, los combatientes de Al-Shabaab han lanzado operaciones contra las tropas kenianas. El 11 de noviembre; el movimiento de resistencia islámico dijo que había matado 30 soldados y tomado seis camiones militares en una emboscada a un convoy militar.
Israel participa también en la guerra para ayudar a Kenia a intensificar sus ataques dentro del territorio somalí (TV Prensa, 11 de noviembre)
La escalada de la militarización en el sur de Somalia coincide con la propagación de la epidemia de cólera en las regiones de Jilib Town y de Hoomboy donde 81 personas murieron de esa enfermedad generada por el agua contaminada. Según médicos somalíes, el 12 de noviembre, en 24 horas, 670 niños fueron internados en los centros médicos de Mareerey, al noreste de Jilib.
Estos sectores han sufrido mucho también a causa de las inundaciones. Los ríos muy crecidos han inundado los barrios cerca de Jilib y destruido millares de casas. Los médicos indican un aumento de los casos de malaria que se debe a las crecidas de los ríos Juba y Shabelle que inundaron numerosos barrios.
Las fuerzas del AMISON, compuestas de 9.000 soldados diligenciados por dos regímenes-clientes de Estados Unidos, Burundi y Uganda, se esfuerzan en mantener en su sitio al Gobierno Federal somalí de Transición (GFT), así como a su ejército y su policía. Pero el 12 de noviembre, los soldados pro-GFT fueron atacados en Mogadishu, resultado 6 de ellos muertos.
En el distrito de Huriwa, al norte de Mogadiscio, Al-Shabaab también habría matado a 20 soldados de las unidades del GFT en un enfrentamiento con morteros, según los informes. En otro combate, en el distrito de Dayniile, 14 civiles al menos habrían muerto en el bombardeo de un barrio residencial, según una fuente no identificada.
El número de víctimas de esta nueva guerra imperialista en África aumenta cada día.
Abayomi Azikiwe (Directeur de Pan-African News Wire)
29 de noviembre de 2011
Para consultar el original: http://allafrica.com/stories/201111250854.html
Le Grand Soir (http://www.legrandsoir.info/)
(Traducido del francés por Boltxe kolektiboa)