Abdulhakim Belhadj, Jefe del Consejo Militar de Trípoliy y ex líder del Grupo Islámico de Combate Libio (LIFG por sus siglas en inglés), se “reunió con dirigentes de la Armada Libre de Siria en Estanbul y en la frontera con Turquía”, dijo un oficial militar que trabaja con el señor Belhadj. “Mustafa Abdul Jalil (el presidente interino libio) me envió aquí”.
La “operación encubierta” fue inmediatamente descubierta cuando una brigada rebelde rival libia detuvo a Belhadj en el aeropuerto de Trípoli, acusándolo de viajar con un pasaporte falso y declararon que encarcelarían al líder militar.
Las reuniones fueron una señal de la creciente relación entre el incipiente gobierno de Libia y la oposición siria. The Daily Telegraph reveló el sábado que las nuevas autoridades libias han ofrecido dinero y armas a la insurgencia en contra de Bashar al-Assad.
El señor Belhadj también discutió el envío de combatientes para entrenar tropas, dijo la fuente. Habiendo derrocado a Gaddafi, los “triunfantes” jóvenes, están dispuestos a derrocar al siguiente. Los comandantes y bandas armadas todavía andan en las calles de Trípoli y dijeron el domingo que “cientos” de combatientes querían una guerra en contra del gobierno de Assad.
“Todos quieren ir. Nosotros liberamos a nuestro país, ahora deberíamos ayudar a otros», dijo el comandante de la brigada «Fighting Village». “Esto es libertad. Esto es unidad árabe’.
Abdulhakim Belhadj, es el ex Jefe del Grupo Islámico de Combate Libio (LIFG), designado como una organización terrorista por el Departamento de Estado de Estados Unidos. Belhadj fue capturado por la CIA en Malasia en 2003 y extraditado a Libia donde el Coronel Gaddafi lo mantuvo preso. Belhadj es un comprometido jihadista que luchó junto al Talibán en contra de las tropas estadounidenses en Afganistán. El líder “rebelde” libio Abdel-Hakim al-Hasidi también admitió que los combatientes del LIFG de Belhadj eran el segundo grupo más grande de combatientes extranjeros en Irak, responsables de asesinar a tropas estadounidenses.
Luego de la caída de Trípoli, informes circulan de que los mercenarios rebeldes libios adquirieron un mortal arsenal de armas, muchas de las cuales están en camino a Siria para ayudar a derrocar al presidente Assad.
“Qatar y Turquía están enviando a “voluntarios armados» desde Libia para combatir junto a la Armada Libre de Siria». informó DebkaFiles.
Estos terroristas estuvieron implicados en el asesinato de seis pilotos y cuatro técnicos de la fuerza área en una base militar de Siria la semana pasada, aún cuando los medios de comunicación occidentales continúan caracterizando a los luchadores opositores como “manifestantes”, justo como lo hicieron con los mercenarios rebeldes libios que comandaron aviones caza disparando granadas propulsadas por cohetes.