Más de 1.300 manifestantes presos por bloquear un tren nuclear
Página 12 / Matrizur

 

Los detenidos fueron confinados en una enorme prisión a cielo abierto. El tren transporta once contenedores con 150 toneladas de uranio en un convoy que partió desde Francia, el 23 de noviembre, con destino a Gorleben.

El bloqueo de un tren que llevaba residuos nucleares se destrabó cuando la policía alemana arrestó a 1.300 manifestantes ambientalistas que cortaban las vías en Dannenberg, al norte de Alemania. Los detenidos fueron confinados en una enorme prisión a cielo abierto. El tren transporta once contenedores con 150 toneladas de uranio en un convoy bautizado “Castor”, que partió desde Francia el 23 de noviembre pasado, y cuyo destino es la ciudad de Gorleben. Desde que la formación ingresó el jueves en Alemania, su recorrido se vio constantemente obstaculizado por militantes “verdes”, que se esposaron a los rieles del tren para impedir su avance. Esta expedición ferroviaria es el último de doce viajes. Durante los cuatro días de protesta de protesta para detener al convoy –que empleó más de 92 horas para recorrer algunos cientos de kilómetros desde la frontera a la estación final– hubo 150 heridos y cerca de 20.000 agentes antimotines fueron desplegados sobre la línea del ferrocarril.

 

El convoy transporta combustible radiactivo proveniente de las centrales alemanas, tratado en el centro Areva de La Hague, en Francia, y luego reenviado a Alemania para ser almacenado en un vertedero nuclear de Gorleben, donde funcionaba antiguamente una mina de sal. El último piquete tuvo lugar el sábado, en Harlingen, ubicada a 20 kilómetros de la estación de Dannenberg, destino final del tren. Allí se espera al tren para volcar el contenido de los contenedores en camiones. Los activistas ya anunciaron que intentarán impedir el trabajo en esta última etapa.

El trasfondo de estas manifestaciones se encuentra en la decisión del gobierno de Angela Merkel de cerrar todas las centrales nucleares alemanas a partir de 2022. Los ambientalistas, en cambio, quieren que el cierre sea de manera inmediata y aseguran que la descarga en Gorleben no es segura.

Miles de policías trabajaron durante toda la noche del sábado para despejar las vías del tren, bloqueadas por tractores de agricultores contrarios al almacenamiento de desechos atómicos en su región, o por manifestantes sentados o encadenados a los rieles. En una región boscosa cercana a Gorleben, las fuerzas de seguridad detuvieron a 1.300 manifestantes que habían ocupado las vías durante 15 horas.

El convoy ferroviario viajaba con once contenedores llenos de residuos nucleares. Estaba varado desde la noche del sábado esperando luz verde para ponerse en marcha, cuando cientos de activistas contrarios al uso de energía nuclear, procedentes de todo el país, se concentraron en la localidad de Dannenberg para un gran acto de protesta en el que demandaron que Gorleben nunca se convierta en un almacén permanente.

Desde 1984, los residuos de las centrales nucleares alemanas se acopian de forma transitoria en Gorleben. Días atrás, el gobierno anunció su intención de analizar la posibilidad de depositar esos desechos en otra zona del país. Sin embargo, los manifestantes desconfían de la intención del gobierno alemán y temen que la mina de sal de Gorleben sea declarada almacén permanente.

Este depósito está ubicado en una zona escasamente poblada, a unos dos kilómetros de Gorleben, una localidad con 642 habitantes, en el estado de Baja Sajonia. El centro de tratamiento y depósito es operado por un consorcio de empresas que conforman las energéticas E.ON, RWE y Vattenfall Europe. Aún se desconoce cuándo llegará el controvertido transporte a Dannenberg. Algunos apuntan que las condiciones climatológicas adversas podrían dificultar la descarga de los desechos, ya que los fuertes vientos podrían desaconsejar la delicada maniobra de traspaso.

Los transportes de desechos radiactivos alemanes que regresan al país tras ser tratados en Francia generan, desde hace años, fuertes protestas del colectivo antinuclear germano, con recurrentes cortes de las vías en su trayecto al depósito de Gorleben. Luego de las multitudinarias protestas del año pasado, las más populosas en décadas, las protestas de 2011 fueron las primeras tras la aprobación del “apagón” nuclear propuesto por Merkel, después del impacto causado por la catástrofe de la central atómica japonesa de Fukushima. El año pasado, el derrotero de los desechos atómicos se extendió por 92 horas y fue el más largo y caro hasta ahora.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-182221-2011-11-28.html