27 Nov. 2011 – Tras conocerse la muerte de cuatro cautivos de la guerrilla durante un operativo del ejército colombiano no consensuado con las FARC, la defensora colombiana de los Derechos Humanos, Piedad Córdoba, consideró que la paz en su país sufrió un duro golpe.
Cordoba expresó su tristeza luego de conocer la noticia y consideró que la situación obliga “a trabajar por una fuerza ética, por la paz y para pensar que la salida no es la guerra”, reseña un despacho de la agencia Prensa Latina.
El hecho ha generado el rechazo de la población y al mismo tiempo ha retomado el debate en torno a la viabilidad del rescate “a sangre y fuego” de los retenidos en manos de la guerrilla por el alto riesgo que implica para las víctimas, refiere Prensa Latina.
El Polo Democrático Alternativo (PDA), partido opositor al gobierno, reiteró la necesidad de una política de paz que ponga fin al conflicto armado interno, al tiempo que expresó su solidaridad para con los familiares de los cuatro funcionarios caídos.
Medios locales, citados por Telesur, informaron que los hechos se registraron en los límites entre los departamentos de Caquetá (sureste) y Putumayo (suroeste), donde el Ejército colombiano insiste en adelantar rescates sin aprobación ni diálogo con el grupo insurgente.
Alrededor de las 10:00 de la mañana, hora local, los cuerpos de cuatro retenidos de las FARC fueron encontrados por unidades del Ejército en la zona de Solano, en el departamento del Caquetá.
Tras estas acciones, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, condenó la muerte de los cuatro funcionarios y advirtió al grupo insurgente que esta acción “lo único que hace es inyectarle” a la Fuerza Pública “más determinación para seguir combatiéndolos”.