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El 19 de noviembre la humanidad ha celebrado el Día Mundial del Escusado. Para muchos es divertido, pero así se llama la atención a un problema real y muy difundido en la contemporaneidad. Es que más de 2.500 millones de personas no tienen acceso a condiciones higiénicas básicas a la hora de evacuar.

De acuerdo con los datos de Unicef, en todo el mundo, especialmente en los países en desarrollo, hay más personas con teléfonos móviles y más hogares con televisores que los que gozan de instalaciones sanitarias adecuadas.

Según indica la denominada Organización Mundial de Aseos —un ente similar también tiene su razón de ser— “más de la mitad de la población del globo literalmente ‘muere’ en cada momento por falta de acceso a los servicios”. La expulsión impropia de los desechos humanos, agua contaminada e higiene deficiente causan más del 80% de todas las enfermedades en el mundo en desarrollo, afirma la misma fuente. Es más, conllevan la muerte de más de 5.000 niños al día.

Acorde a una estimación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) antes publicada, la mortalidad por enfermedades diarreicas, derivadas de las condiciones sanitarias inapropiadas, llegaba a 2 millones de personas cada año. Este organismo internacional resalta que buscar un mejor acceso al saneamiento para personas es una labor de derechos humanos.

Tanto la OMC, como la Unicef sustentan campañas en países africanos en las que los vecinos de una u otra aldea se reúnen para construir en conjunto una letrina. Luego se les enseña cómo usarla, “porque muchas de la sociedades tradicionales de África jamás han conocido la facilidad de un retrete”.

De acuerdo con los datos de Unicef y la OMS, solo un 11% de los vecinos de Sierra Leona tiene acceso a facilidades sanitarias apropiadas. En áreas rurales esta cifra se reduce a un 5%.

En América Latina la situación se caracteriza numéricamente con unos índices inversos, pero es también alarmante. Así, en Honduras el 12,2% de las viviendas no tiene un sistema de saneamiento apropiado. Esta proporción es peor en el área rural. El uso del inodoro conectado al alcantarillado se considera predominantemente urbano. Solo un 69,7% de las viviendas tienen este sistema de saneamiento.

Debido a que el problema experimenta pocos cambios con el tiempo, en 2001 la Unicef aceptó conmemorar cada 19 de noviembre tal fecha como el Día de Inodoro. El objetivo para el organismo es formar conciencia sobre aquellas personas que siguen viviendo sin acceso a los servicios sanitarios, saneamiento y condiciones higiénicas, dignos de su condición humana.