“Eso no es posible. No podemos entrar con fuerzas en un país extranjero a no ser que declaremos guerra, lo que es inviable. La solución es exclusivamente diplomática”, afirmó Jobim en declaraciones a periodistas en Río de Janeiro, reportó la agencia EFE.
“No hay la menor posibilidad de pensar en movimientos armados. Apenas damos protección a nuestras embajadas en dos países en el mundo (Sudán y Congo), en donde hay autorización de los gobiernos locales debido a la inestabilidad política”, agregó el ministro.
El ministro fue interrogado sobre la seguridad de la sede diplomática, tras el anuncio hecho el domingo por el gobierno de facto de Honduras de que la embajada de Brasil podrá perder su estatus diplomático en diez días.
Según el canciller del gobierno de facto, Carlos López, ese es el plazo para que Brasil aclare si Zelaya está alojado en la embajada en la condición de asilado o de refugiado político, o para que lo entregue a la justicia hondureña.
De acuerdo con Jobim, cualquier posición con respecto a Honduras es de responsabilidad del Ministerio de Relaciones Exteriores y no del Ministerio de Defensa.
“Evidentemente que los hondureños tendrán la lucidez de determinar la salida de los brasileños de la embajada”, agregó el ministro, al descartar que el gobierno de facto dificulte esa salida o intente forzarla.
El domingo el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ya había advertido de que no acepta ultimátum de un gobierno golpista, al referirse al plazo dado por la Administración de Roberto Micheletti para que Brasil defina el estatus de Zelaya.
Según Lula, si los golpistas entran a la fuerza en la embajada de Brasil, violarían todas las normas internacionales.
Zelaya, depuesto hace tres meses en un golpe de Estado, volvió el pasado lunes a Tegucigalpa y desde entonces se encuentra en la embajada de Brasil en la capital hondureña