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El presidente de Siria, Bashar al Assad, advirtió que de haber una intervención militar de la potencias extranjeras en ese país, se desestabilizaría el Medio Oriente y afectaría a todos los países que comprenden esa región.

El mandatario dijo durante una entrevista publicada este domingo por el diario británico The Sunday Times, que su país “no se inclinará» ante las presiones de las naciones occidentales que buscan un “pretexto” para actuar sobre Siria tal como lo hicieron en Libia desde abril 2011.

Sobre el ultimátum de la Liga Árabe, Al Assad afirmó que sólo mostró “que hay un problema entre los árabes» y sirvió para «proporcionar un pretexto a los países occidentales para una intervención militar contra Siria”, insistió.

Para el mandatario, «el conflicto continuará y la presión para someter a Siria también», pero recuerda que «mi papel de presidente se sitúa en la acción, no en discursos o en la pena. Mi papel es pensar las decisiones que debería tomar para evitar más sangre derramada».

Afirma que la solución para resolver la situación actual en esa nación, donde el Gobierno acusa a mercenarios armados de infiltrarse en las manifestaciones populares para crear violencia y achacar las víctimas al mandatario, es buscar a la “gente armada” que genera la violencia.

«La única solución es buscar a la gente armada, echar a las bandas armadas, impedir la entrada de armas y municiones desde países vecinos, impedir el sabotaje y hacer respetar la ley y el orden», dice al Assad.

Desde el viernes, el Gobierno informó que han arrestado a más de 60 personas buscadas por terrorismo y a quienes se le incautaron gran cantidad de armamento y sofisticados equipos de telecomunicación.

El Gobierno sirio ha reiterado ser víctima de un plan extranjero de desestabilización, y ha mostrado material que prueba la existencia de células pertenecientes a grupos extremistas, que intentan sembrar el caos a través de asesinatos y disturbios.