El material mostró a los pollos mientras sus picos eran quemados por una máquina, para ser posteriormente arrojados en cajas, junto con otras imágenes de cuerpos apenas identificables de aves que se dejaron pudrir.
No hay ninguna ley federal que regule el tratamiento de aves en las granjas estadounidenses y la mayoría de los estados presentan amplias exenciones que permiten a los granjeros evadir la justicia por abusos contra animales.
“Desgraciadamente, muchos de los abusos que hemos documentado no son solo estándar, sino también legales”, dijo a la AFP Nathan Runkle, directora de Mercy for Animals, la organización que grabó el material clandestino.
“Hemos hecho una decena de investigaciones en fábricas y granjas, de costa a costa”, explicó. “Cada vez que enviamos a un investigador a uno de esos centros vuelven con espeluznantes evidencias de abusos y abandono”.