Daniel del Pino
Público
Los socios del primer ministro consideran que es incapaz de aplicar las reformas que apacigüen los mercados

¿Cuánto le queda a Silvio Berlusconi al frente del Gobierno italiano? Ni siquiera las casas de apuestas británicas se atreven a hacer pronósticos , pero parece que poco, muy poco. Al enfermo terminal sólo le falta la aceptación, después de haber pasado por todos los demás estados de ánimo en los últimos meses.

Ayer el primer ministro recurrió a la ira cuando dos periódicos afines proclamaron a los cuatro vientos por la mañana que Il Cavaliere estaba a punto de dimitir: «Son noticias infundadas, quiero mirar a la cara a los traidores», dijo.

Lo cierto es que su Ejecutivo está en minoría tras el abandono de la diputada Gabriella Carlucci el pasado domingo la tercera en una semana, y esta mañana debe aprobar las cuentas generales del Estado de 2010 que el Parlamento ya rechazó a principios de octubre, lo que le obligó a enfrentarse a una moción de confianza que pasó por los pelos.

Entonces obtuvo 316 votos, en donde se fija la mayoría simple pero hoy, como máximo sólo estaría en posición de conseguir 314, insuficientes para gobernar.

Todo comenzó a las once de la mañana. El director de Il Foglio y amiguísimo de Berlusconi, Giuliano Ferrara, anunciaba en la edición digital del diario que «la dimisión de Silvio es cuestión de horas, quizá de minutos». Desde Libero, el subdirector, Franco Bechis, aseguraba que como muy tarde Il Cavaliere dimitiría hoy por la mañana .

Montaña rusa bursátil

Antes de que la oposición tuviera tiempo a reaccionar, los mercados dieron el veredicto: la Bolsa de Milán pasó de perder el 2% a ganar el 3%, mientras que el diferencial entre los bonos a diez años italianos y los bund alemanes se reducía de los 491 puntos básicos a los 470.

El hecho de que fueran estos dos diarios los que anunciaron la noticia le dio credibilidad y los medios internacionales llevaron el adiós de Berlusconi a sus portadas.

Pero el primer ministro, que se encontraba en Milán desde primera hora de la mañana, hizo saber primero a través de su página de Facebook, y después por boca del portavoz del Pueblo de la Libertad en el Parlamento, Maurizio Cicchitto, que «las voces que apuntan a la dimisión del primer ministro son totalmente infundadas».

La Bolsa volvió a caer y el diferencial a subir. Entonces Ferrara corrigió el tiro y explicó que la verdadera intención de Berlusconi era la de presentar ante el Parlamento y el Senado las reformas que anunció a la Unión Europea la semana pasada en Bruselas y someter el texto y la ley de estabilidad , que incluye muchas de ellas, al voto de confianza de las cámaras para después anunciar el adelanto de elecciones.

Libero desmintió lo dicho y Berlusconi, en una conversación con el diario, dijo que sí actuaría así, pero que lo de las elecciones era una quimera. «Pienso pedir la confianza de Senado y Parlamento y mirar a la cara a los traidores», anunció.

Pero el futuro inmediato se ciñe a los números y no es sólo que Berlusconi cuente con 314 diputados, sino que dentro de su propio partido hay entre 15 y 20 diputados más dispuestos a dejarle. De hecho, hasta la Liga Norte de Umberto Bossi le pidió que se hiciera a un lado ayer, según informaban los medios.

La razón es sencilla. Berlusconi ha demostrado su incapacidad para sacar adelante las reformas económicas que necesita Italia para convencer a los mercados.

La votación de hoy es posible que no precipite su salida por el simple hecho de que las cuentas generales del Estado del año pasado son imprescindibles para el correcto funcionamiento del engranaje del país y quizá ningún partido se arriesgue a hipotecarse paralizándolas aún más. Pero la oposición prepara una moción de censura que presentará seguramente hoy y pasado el trámite de la votación el resto de díscolos del PdL podrían dar el paso definitivo.

Opciones

Entonces Berlusconi se vería obligado a dimitir y la opción más probable ahora es que la cosa acabe con un Gobierno de unidad guiado por el subsecretario Gianni Letta. En él entraría la Unión de Centro de Pierferdinando Casini, que en realidad es lo que piden los descontentos. Pero la Liga no parece dispuesta a acepta r y podría darse también la posibilidad de un adelanto electoral a enero. La tercera vía, muy poco probable, sería un Gobierno técnico con el ex comisario europeo Mario Monti de primer ministro.

Fuente: http://www.publico.es/internacional/405668/berlusconi-se-aferra-al-cargo-mientras-su-coalicion-se-hunde