En un comunicado hecho público tras una reunión de urgencia del Consejo de Ministros, el primer ministro confirmó que requirió a dos de los diputados más influyentes de su partido, el PASOK, las negociaciones con los conservadores de Nueva Democracia (ND). «Estaré encantado de no tener que celebrar un referéndum, que no era un fin en sí mismo», asegura el texto.
Previamente, dos diputadas del oficialista Pasok, Elena Panariti y Eva Kaili, fueron las últimas en anunciar que no apoyarían al Ejecutivo en su iniciativa de impulsar un referéndum. También el ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, y el ministro de Desarrollo, Michalis Chryssohoidis fueron los primeros en mostrar su desacuerdo con la idea del plebiscito.
Desde la oposición, el líder de ND, Antonis Samaras, adelantó que apoyará el rescate «siempre y cuando el primer ministro también acceda a formar un Gobierno de transición que desemboque en la celebración de elecciones anticipadas y el país reciba el sexto tramo por ocho mil millones de euros del primer plan de asistencia».
Para presionar en contra de la consulta que finalmente se dilorverá, la Unión Europea bloqueó el pasado miércoles una ayuda de ocho mil millones de euros que Atenas esperaba recibir. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, mostraron su enfado por el hecho de que Papandreu no les hubiera avisado de su intención de convocar el referéndum, y le pidieron que aclarara qué tipo de consulta iba a celebrar.