Iain Mackenzie
Cuando imaginamos el futuro, tendemos a pensar en un lugar diferente al que vivimos en la actualidad. Esta lleno de nuevas tecnologías, ciencia avanzada y quizás una versión más evolucionada de la humanidad.
Pero ¿quiénes son los arquitectos de ese futuro? ¿Quiénes son los autores de las ideas que le darán forma a la realidad que está por venir?
Es tentador llamarlos exploradores que, a través de la inspiración o la casualidad, descubren lo que ha estado escondido.
Esta noción está codificada en nuestro lenguaje. Nosotros hablamos sobre un «descubrimiento» o, su similar en latín, una «invención».
Sin embargo, existe una profesión que tiene un punto de vista diferente.
Para los futurólogos o futuristas, hay patrones, ritmos, señales e indicaciones sobre el futuro que pueden ser comprendidas y medidas aquí y ahora.
«Pienso que hay una falsa dicotomía entre la idea de que podemos predecir el futuro y la idea de que no podemos», señaló el profesor de la Universidad de Oxford, Nick Bostrom, director del Instituto del Futuro de la Humanidad.
«Si llevas una tasa de café a tu boca y tomas (lo que está en su interior), estás implícitamente prediciendo que no está envenenada y que no está tan caliente como para quemarte. Partiendo de ahí, se trata sólo de niveles de predicciones: cómo será el mundo en unos mil años o en un millón de años».
«No hay un punto determinante de cuáles cosas se convierten, de repente, en impredecibles. Es sólo una probabilidad de distribución».
Técnicas
Frases célebres
- «Estudie el pasado si quiere adivinar el futuro», Confucio
- «Una persona con una idea nueva es un excéntrico hasta que la idea es exitosa», Mark Twain
- «La sutileza humana nunca concebirá una invención más hermosa, más simple o más directa que la de la naturaleza porque en sus invenciones nada falta y nada es superficial», Leonardo Da Vinci
- «Para tener una idea genial, tienes que contar con varias de ellas», Thomas Edison
Los futurólogos utilizan una gama de sofisticadas, complejas y, algunas veces, alucinantes técnicas para elaborar sus predicciones.
Análisis de impacto cruzado, Delphis en tiempo real, modelos de decisiones y análisis morfológico son algunas de sus herramientas.
Se trata de un comercio. Corporaciones, gobiernos y organizaciones que pagan grandes sumas de dinero por contar con las visiones de lo que vendrá.
Como cualquier otra profesión, el futurismo tiene sus propias modas e innovaciones.
Uno de los nuevos métodos que ha desatado furor es «mercado de predicciones». Quienes lo usan indican su nivel de confianza o lo opuesto, su percepción de falta de futuro, con respecto a la compra de acciones o sobre la situación de los mercados y las materias primas.
Se supone que los mercados están llenos de sabiduría colectiva de hombres muy inteligentes que tienen interés o conocimiento en un área determinada.
El principio imperativo financiero, en teoría, hace que no basen sus predicciones en afiliaciones políticas, dogmas o el mero deseo de llamar la atención.
No todo el mundo está convencido. «Los mercados de predicción se refiere a lo que ellos llaman inteligencia colectiva, pero yo diría que no», señaló Jerome C Glenn, director de Millennium Project y autor del reporte anual «State of the Future» (Estado del Futuro).
La inteligencia colectiva, explica, es un sistema en el que las ideas son compartidas y repetidamente retroalimentadas entre grupos de personas que han sido escogidas. Ellas filtran, afinan y hacen evolucionar esas ideas.
«(En los mercados de predicción), no hay retroalimentación. Y eso es clave para que la gente reaccione, se retroalimente y pueda pasar al próximo nivel de la inteligencia», indicó Glenn.
A medida de que evolucionan los mercados de predicción, los problemas que conlleva ese método de predicción son mejor entendidos. Una dificultad es que no siempre atraen a las mentes brillantes que se necesitan para que funcione.
Los modelos que buscan predecir si la política externa estadounidense será un éxito, por ejemplo, no necesariamente toman en cuenta a los funcionarios de la Casa Blanca o a diplomáticos del Medio Oriente.
Futuro incierto
Los futuristas son sorprendentemente reticentes a hacer especificaciones. Ellos nunca dirán «en diez años, todos estaremos vistiendo botas plateadas o usando celulares con una función para batir huevos».
En cambio, hablan de generalidades: «el crecimiento de las pantallas», «la ubiquidad de la información» y la «nano revolución».
Se trata de un negocio de tendencias generales de predicciones. Los detalles serán dados por los inventores, los políticos o el hombre de calle que desarrollará los dispositivos.
El bombillo, el iPhone y los carros voladores tienden a ser el tipo de cosas que primero oímos cuando alguien convoca a una rueda de prensa y oculta algo sobre una tela de terciopelo.
Pero, sin embargo, sorprende que pudieran tener la forma, el color y el funcionamiento exacto, de acuerdo con los futuristas, a un linaje que puede ser identificado y monitoreado.
El doctor Kalev Leetaru, de la Universidad Illinois ha estado trabajando para automatizar el proceso. Se ha basado en literatura, desde libros hasta investigaciones académicas y el contenido de los medios de comunicación.
«En transporte, por ejemplo, no buscas: ‘Quisiera que el automóvil hiciera x’. Lo que buscas es algo mucho más amplio», señaló el experto.
«Cuando la gente habla sobre el mundo ¿qué es lo que dicen cuando hablan del transporte? Un comentario típico es: «Quisiera que mi abuela pudiera visitarme con mayor frecuencia en el Día de Acción de Gracias».
«A medida de que empiezas a unir esas cosas, comienzas a ver que quizás más y más gente habla sobre la noción de tener mejores métodos de transporte. Usando esa información, empiezas a pensar que son hilos comunes y que podría haber una solución para lo que todas esas personas están pidiendo».
Analizando los datos
El doctor Leetaru ya ha aplicado su sistema de análisis, llamado Culturomics, para predecir disturbios políticos. Demostró que muchos de los acontecimientos que caracterizaron la Primavera Árabe estuvieron presagiados por meses y años de «sentimientos de cambio» latentes en la literatura.
Por ahora, su trabajo está principalmente enfocado en análisis retrospectivo o a posteriori. Pero podría ser aplicado en el futuro para crear un sistema de previsión en tiempo real.
«¿Hay patrones que puedes ver en ciencia ficción y que empiezas a ver fluir en la literatura académica? ¿Estamos viendo en la literatura académica algunas ideas que toman vuelo o hay gente que las está matando? ¿Acaso las vemos en literatura más popular».
Como ejemplo, el experto cita el dispositivo de comunicación de la película «Star Trek» o «Viaje a las estrellas» al que considera es el precursor de los dispositivos inalámbricos modernos.
En este caso, la trayectoria pasó de la ciencia ficción directamente al público en general.
En los años siguientes, la emoción en torno a la idea creó un circuito positivo de sentimientos positivos hacia los científicos y las corporaciones, quienes finalmente produjeron los celulares.
La frontera final
Al hablar con los futuristas, es evidente ver cuán importante ha sido el rol jugado por la ciencia ficción en sus trabajos.
La primera gema de una idea con frecuencia aparece décadas y algunas veces siglos antes de su tiempo.
«La guía del viajero intergaláctico», de Douglas Adams, fue esencialmente un iPad concebido en 1978.
Arthur C. Clark pensó en la idea de un satélite que ocupó una órbita geoestacionaria en 1945.
Muchos en su tiempo, consideraron la idea absolutamente extravagante.
Clark dijo: «Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada no se distingue de la magia».
Son tan grandes las recompensas potenciales de detectar ideas en una etapa temprana, que los escritores de ciencia ficción son activamente cortejados por futuristas.
El proyecto de Intel «Tomorrow Project» se basa en la obra de escritores como Corey Doctorow, Sonia Orin Lyris y Charles Walbridge para que creen visiones sobre el futuro que puedan inspirer al público y servir de goles para los ingenieros.
«Hay una frase sobre colonizar el futuro, si llenas todo el espacio mental de la gente con la manera en que las cosas van a evolucionar, creas profecías que se cumplen porque la gente va hacia allá«
Jerome C. Glenn, Millennium Project
«La ciencia ficción y los hechos científicos tienen una hermosa relación en la que la ciencia ficción ha inspirado a generaciones de científicos y generaciones de científicos han inspirado a autores de ciencia ficción», indicó Brian David Johnson, un futurista en Intel.
«Estamos creando esas historias, basándonos en hechos científicos con una intención específica de construir un mejor futuro. No es sólo una especulación salvaje. Es una especulación salvaje basada en la ciencia con la intención de construir algo».
Sin embargo, un lado oscuro de la noción del futuro no ha sido muy explorado, de acuerdo con Jerome C. Glenn.
«Hay una frase sobre colonizar el futuro, si llenas todo el espacio mental de la gente con la manera en que las cosas van a evolucionar, creas profecías que se cumplen porque la gente va hacia allá», señaló Glenn.
«Hay tremendas discusiones sobre ética entre futuristas todo el tiempo. Nos preocupa».
Quizás Albert Einstein, cuyas ideas realmente cambiaron el mundo, tuvo el mejor y más flexible enfoque sobre lo que vendría.
«Yo nunca pienso en el futuro, llega demasiado pronto».