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Desde este lunes en Argentina los bancos y las casas de cambio están obligados a recibir la aprobación de la administración fiscal para efectuar cualquier venta de dólares. Esta medida del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner busca tener un mayor control del mercado cambiario y evitar que el precio de la moneda estadounidense aumente.

Ante la disconformidad de la oposición, el ministro de Economía del país, Amado Boudou, aclaró que los cambios no son profundos y que cualquiera que pueda demostrar sus ingresos podrá adquirir la divisa norteamericana. «No ha cambiado nada de nada respecto a la posibilidad de comprar dólares: cualquier persona que pueda demostrar sus ingresos puede adquirirlos», subrayó por la red social Twitter el ministro en respuesta a la «alarma injustificada» que se ha desatado.

El ministro, que asumirá la vicepresidencia de la nación el 10 de diciembre, cuando comience el segundo mandato de Fernández de Kirchner, afirma que la medida busca proteger el país de la crisis que afecta a EE. UU. y Europa. Mientras tanto, algunos expertos sostienen que este control del mercado de divisas solo estimulará una mayor demanda de dólares.

Se calcula que durante el pasado mes de octubre el Banco Central ha vendido alrededor de 1.800 millones de dólares para frenar la presión sobre el precio del dólar estadounidense, que desde hace semanas se mantiene en 4,26 pesos por unidad.

El economista Pascual Albanese menciona una consecuencia de la crisis mundial que, en su opinión, obligó al Gobierno a tomar estas medidas drásticas y limitar el cambio de pesos a dólares: las empresas internacionales que tienen intereses en Argentina exigieron que sus filiales en el país mandaran a sus centrales la mayor cantidad posible de dólares.