La filosofía que informaba al programa Keynesiano, estuvo signada por un marcado intervencionismo estatal, que contradecía la doctrina liberal del “laissez-faire” al abogar por la estimulación estatal de la demanda. Se invirtió en obras públicas para frenar el desempleo y aumentar la capacidad de consumo, se nacionalizaron empresas, se establecieron controles sobre los movimientos especulativos del capital y, en algunos casos, se crearon fondos de ayuda para una población severamente castigada, todo lo cual resultó en la aparición del llamado “Estado de bienestar”, cuyo desmontaje comenzó con la era Thatcher-Reagan, y tomó carácter universal en la última década del siglo pasado al desistirse de las políticas sociales no sólo en el Reino Unido, los EEUU y el resto del continente europeo, sino en todo el planeta, destacándose por su crudeza los casos de Argentina y Venezuela en nuestro continente y el de Indonesia en el sureste asiático.
En coincidencia con las opiniones de los especialistas, sosteníamos que los jefes de estado y de gobierno de los países capitalistas centrales necesitarían tres lustros de esfuerzos para hacer lo que Roosevelt hizo en dos, siempre que diseñaran políticas acertadas en clave keynesiana alejada del neoliberalismo reinante. Obviamente que esta última condición no se ha dado. Lejos de adelantar políticas que pongan el acento en la preservación de las conquistas sociales y que pechen a las minorías plutocráticas, se ejecutan programas que literalmente vacían los magros bolsillos de los más pobres. En lugar de establecer impuestos que recaigan entre los que mas ganan, incrementan el IVA y otros mecanismos de exacción a las grandes mayorías. La llamada Troika, conjunción del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, dictamina a su “buen saber y entender” las líneas maestras a aplicarse en los países en la Zona Euro de la Unión Europea, donde se ha manifestado la crisis con mayor patetismo, léase, Grecia, España, Portugal, Irlanda e Italia, es decir, con excepción de la última de las nombradas, los eslabones más débiles de la cadena. Todas ellas, también Italia, sobrepasan el 100% o se acercan a ese porcentaje de déficit en sus capacidades de pago de sus respectivas deudas, lo que equivale a que se encuentran en una virtual bancarrota. En este escenario es donde la Troika, pasando por alto las respectivas soberanías de los países en crisis, impone la aplicación de los paquetes neoliberales de tan funestas consecuencias en la región latinoamericana.
La Historia demuestra con innumerables ejemplos, que ante situaciones cargadas de injusticias como está ocurriendo en los territorios de las prepotentes entidades estatales de EEUU y de la Unión Europea, los pueblos reaccionan buscando las salidas liberadoras correspondientes. Así tenemos que un par de ancianos luchadores, uno prologuista y otro autor del texto, editaron un revolucionario manifiesto bajo el imperativo título de “INDIGNAOS”, que ha dado a luz al sorprendente movimiento internacional de los “INDIGNADOS”, quienes, primero en España y en toda la Europa comunitaria y luego en Wall Street, corazón financiero del sistema y en otras ciudades estadounidenses, en el Chile del millonario pinochetista Piñera y en la Colombia plagada de bases gringas y mañana donde haya que hacerlo, han realizado y realizaran sorprendentes movilizaciones y acampadas en las plazas públicas, dejando constancia de su indignación y de su disposición a luchar por sus derechos, por la abolición de las gastadas e injustas “democracias” llamadas representativas, por unas democracias reales y verdaderas, corearon en España y otras partes, vale decir por una democracia participativa y protagónica como está plasmada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, aprobada en referéndum por el pueblo venezolano, en el año de 1999, hace ya doce años. Sin falsa modestia, ¿Cabe alguna duda de la posición de vanguardia de la patria de Bolívar?
Gilberto Madrid, abogado UCV. Magister Scientarun en Derecho de Integración e Internacional Económico. UCV.
madgilberto@gmail.com
