Agencias

 

La  troika de supervisores internacionales -formada por la CE, el BCE y el FMI- concluyó sus negociaciones con el Gobierno griego y abandona mañana Atenas para redactar un informe sobre el cumplimiento de las medidas de ajuste por parte de Grecia. Entre las medidas destacadas, la  troika ha solicitado que se reduzca el  salario mínimo en el sector privado hasta los 500 euros, desde los actuales 750 euros.

«Se han cerrado las negociaciones con la troika y quedan pendientes detalles técnicos», afirmó hoy el ministro griego de Finanzas,  Evangelos Venizelos, en la comisión parlamentaria de Finanzas.

 

«La situación es peligrosa e insegura», dijo a los parlamentarios tras una reunión de tres horas con los jefes de misión de la Comisión Europea (CE), Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI), la denominada troika, que tienen previsto concluir su informe antes del 24 de octubre.

Venizelos declaró que «el nivel de vida y los ingresos, debido a la contracción de la economía en 2012, volverán al nivel de 2004», después de encadenar cuatro años seguidos de recesión.

En la reunión celebrada hoy entre los acreedores internacionales y Venizelos, se acordó que para 2013 y 2014 se deberá recaudar otros 6.000 millones de euros de forma adicional para cuadrar las cuentas públicas, según informaron fuentes del ministerio de Finanzas.

Los supervisores internacionales han estado negociando con el gobierno griego durante 12 días después de suspender su examen de las cuentas públicas griegas a principios de septiembre como protesta por la falta de avances en las reformas pactadas.

Un informe positivo por parte de la troika es imprescindible para que Grecia obtenga el sexto tramo crediticio -por valor de 8.000 millones- de la zona del euro y el FMI, que Atenas necesita ya que carece de liquidez más allá de mediados de noviembre.

El Gobierno griego reconoció, a principios de octubre, que no cumpliría con el objetivo de reducir el déficit este año hasta el 7,6 % desde el 10,5 % en 2010, y fijó la nueva meta en el 8,5 %.

Para poder compensar ese déficit el Gobierno griego ha tenido que aplicar una nueva tanda de recortes públicos, -exigidos por la troika- entre ellos el despido de 30.000 funcionarios, que se sumaran a otros 120.000 empleados públicos de aquí al año 2013.

Además se impuesto nuevos impuestos sobre los bienes inmuebles y los carburantes para aumentar la recaudación fiscal.

El primer ministro griego, Yorgos Papandréu, habló hoy por teléfono con el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, y trataron sobre la crisis, según informó el despacho del jefe de Gobierno heleno.