TeleSUR
Quito, septiembre 30 – Desde la madrugada de este viernes iniciaron en Ecuador los actos conmemorativos al primer aniversario del intento de golpe de Estado contra el Gobierno del presidente Rafael Correa, trágico suceso que dejó 10 muertos y que culminó con la conmoción de todo un país y el repudio de gran parte del mundo.
Con un minuto de silencio a las 00H00 locales (05H00 GMT), cientos de jóvenes y ciudadanos de varias provincias del país llegaron hasta el parque La Carolina de Quito para rendir homenaje a los fallecidos del pasado 30S.
Los asistentes ratificaron apoyo al presidente Correa y a su gestión que busca impulsar la llamada Revolución Ciudadana. También hicieron un llamado al cese de la impunidad que beneficia a los responsables de la intentona.
Durante la mañana se realizarán misas por los fallecidos, programas radiales y televisivos especiales.
Además habrá una convocatoria masiva en la sede del partido oficial Alianza País, ubicada en una zona céntrica de Quito.
Se espera también que en la sede del Legislativo se entregue una petición para que se declare como día de recordación nacional. Sin embargo, su aprobación está en duda, luego del boicot protagonizado por la oposición este jueves al dejar sin quórum el Pleno para que no se discutiera una resolución que ordenara el análisis de los hechos y reclamar castigo para los culpables.
El vicepresidente del Legislativo, Juan Carlos Cassinelli, afirmó que el abandonar la sala estando pendientes por intervenir 17 asambleístas lo único que denota es que hay sectores que evitan enfrentar y afrontar que hay hechos que se deben investigar.
Este jueves las Fuerzas Armadas de Ecuador reiteraron su respeto a la democracia con motivo del primer aniversario de la intentona.
«Las Fuerzas Armadas ratifican su vocación de servicio a la nación, respeto a la institucionalidad del Estado e invocan, una vez más, a la unidad nacional», expresó el jefe del Comando Conjunto de la institución, el general Ernesto González.
El 30 de septiembre de 2010, en medio de una protesta policial por reivindicaciones laborales, el presidente Rafael Correa fue llevado a la fuerza a un hospital de la capital ecuatoriana, donde permaneció secuestrado por varias horas.
A través de radiopatrullas, los insurrectos emitían mensajes que pedían la muerte del mandatario, mientras en las afueras del hospital miles de personas esperaban la llegada de los militares para socorrer al jefe de Estado.
Durante el día, las calles de las ciudades del Ecuador permanecieron sin policías, lo cual fue un escenario ideal para que se produjeran saqueos a casas comerciales, especialmente en la ciudad costera de Guayaquil.
La pista del aeropuerto Mariscal Sucre fue tomada por militares de la Fuerza Aérea, el mismo momento en que otro grupo de militares manifestaban en las afueras del Ministerio de Defensa, bloqueando vías y lanzando consignas en contra del gobierno.
En medio de una fuerte balacera el Presidente fue rescatado por fuerzas especiales del Ejército. El vehículo que se usó recibió siete impactos de bala en el instante del rescate, ya con Correa en su interior.
La jornada dejó 10 muertos y casi 300 heridos, la mayoría civiles que se enfrentaron a policías armados y enfurecidos.
Luego del rescate nocturno, el presidente Correa se dirigió al palacio de Gobierno donde fue recibido por miles de personas que llenaron la Plaza de la Indepedencia, en el corazón del casco colonial de Quito.